Opinión
«Memoria» de noviembre de 1936
En pleno mes de noviembre y ante determinadas polémicas debidas al lamentable ucase que pretende reescribir nuestra reciente Historia a golpe de sanciones y por imperativo legal, es oportuno recordar algunos sucesos protagonizados por el ejemplar, benéfico y «democrático» Frente Popular durante este mismo periodo de 1936. Esa coalición política la formaron los socialistas y los comunistas en enero de 1936 , presentándose así a las elecciones de febrero –por las que accedieron al Gobierno tras un demostrado fraude electoral– en todo el territorio nacional, salvo en Cataluña, donde comparecía un Frente de Izquierdas nucleado por ERC, y otro similar en Valencia.
Ese Gobierno, a partir de julio estuvo presidido por Largo Caballero y lo formaron los partidos coaligados –PSOE y PCE– con diversas incorporaciones de Esquerra, el PNV y la CNT. El mejor resumen de lo sucedido en dichas fechas lo recoge la esquela publicada en el diario El Mundo el 4 de diciembre de 2007, y que en un espléndido artículo reprodujo hace unos días el digital Hispanidad. Dice así: «Entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre de 1936 […] bajo la instigación y el respaldo expreso del Ministro de la Gobernación del Gobierno de la República, el socialista Ángel Galarza, cerca de 5.000 hombres, mujeres y niños fueron sacados de las distintas cárceles de Madrid con excusa de su traslado a otros lugares, y acto seguido asesinados en Aravaca, Paracuellos y Torrejón de Ardoz por las milicias armadas […], lo que constituye la peor, con enorme diferencia, de las atrocidades cometidas durante la Guerra Civil. A todos ellos dedicamos nuestro recuerdo hoy, fecha en que terminó esa masacre indiscriminada de inocentes ordenada por un Gobierno que ahora se trata de glorificar y que don Miguel de Unamuno, uno de los padres de la República, calificó en agosto del 36 de «banda de pistoleros», y pedimos una oración muy especialmente por las de los 276 menores de edad, inclusive de hasta 13 años».
Es triste tener que recordar este tipo de sucesos, pero resulta obligado por un mero deber de justicia y de servicio a la verdad, ante el actual intento de volver a ese trágico pasado pero «canonizando políticamente» a los predecesores políticos del actual Frente Popular gobernante. Esa esquela incluía los datos pormenorizados de todos y cada uno de los asesinados, cuyos restos reposan en los respectivos cementerios de las tres localidades. Para evitar que esto sucediera, los españoles aprobaron la Constitución de la concordia y la reconciliación de 1978. Ahora el sanchismo quiere derogar su espíritu por la puerta de atrás.
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