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El rey Juan Carlos, 47 años después

«El Rey padre ha encarnado uno de los cuatro grandes reinados de la Historia de España, junto a Carlos I, Felipe II y Carlos III»

Don Juanito vivió una infancia feliz rodeado por el intenso amor de su padre Don Juan, de su madre, Doña María, de sus hermanas, Doña Pilar y Doña Margarita. Y hasta el trágico accidente que segó su vida, por el cariño y la admiración de su hermano Don Alfonso. Cualquier versión contraria a esa infancia feliz es falsa. Fue la de Don Juan Carlos una niñez dichosa y dura porque su padre, consciente del deber dinástico, nombró como preceptor a Vegas Latapié, el hombre más honrado que he conocido a lo largo de mi dilatada vida. Y Eugenio creía que la educación del Príncipe debía ser severa.

Hace hoy 47 años, Don Juan Carlos se convirtió en Rey de hecho de España, carente de las dos legitimidades de los demás monarcas europeos: la dinástica y la popular. Situó a la Institución por encima de las personas y aceptó lo que Franco impuso, pero, asesorado por Fernández-Miranda, que es el artífice de la Transición, empezó a caminar desde el primer día por la senda de la democratización de España. A su investidura ante las Cortes no asistieron ni sus padres ni sus hermanas. Antonio Fontán y el general Díez Alegría acosaron a Don Juan para que abdicara. El Rey de derecho se negó y nos convocó en París a Sainz Rodríguez y a mí. En casa de Obregón redactamos el último manifiesto de Don Juan en el que se afirmaba que abdicaría cuando la Monarquía devolviera al pueblo español la soberanía nacional secuestrada en 1939 por el Ejército vencedor de la guerra incivil. En 1977, al convocar Don Juan Carlos elecciones libres, Don Juan, en un acto que nunca olvidaré en el Palacio de la Zarzuela, abdicó sus derechos a la Corona española. Pemán y yo, en representación del Consejo Privado de Don Juan, asistimos a aquella dolorosa abdicación.

Después Don Juan Carlos, al decir de los más exigentes historiadores, convirtió su reinado en uno de los cuatro más destacados de la Historia de España, junto a los de Carlos I, Felipe II y Carlos III. Y tras haber instalado al país en la libertad y la prosperidad, soporta ahora una situación lamentable cuando la Justicia suiza y la Justicia española le han exonerado del menor indicio de delito.