Opinión

El Caballero de Gracia

Jacobo de Grattis, conocido como El Caballero de Gracia, fue un personaje nacido en Módena, y que acabó haciendo de España su segunda patria residiendo en Madrid gran parte de su legendaria y larga vida en donde murió. En el siglo XVI no era frecuente alcanzar los 100 años de vida y él los superó llegando a más de un siglo, entre 1517 y 1619, siendo un cualificado conocedor del Siglo de Oro español, del que formaría parte por méritos propios. Su intensa vida se trazaría a caballo de la historia y la leyenda, pero siempre guiada por una acrisolada fe y una acentuada devoción al Santísimo Sacramento de la Eucaristía. Nacido de familia burguesa y bien aposentada, quedó huérfano a los 12 años para desposeído de bienes, trasladarse a vivir a Florencia y posteriormente a residir y estudiar en Bolonia, donde conocería a Juan Bautista Casagna, la persona de quien se convertiría en mano derecha, y hombre de confianza durante treinta años. Casagna, que sería sucesivamente Obispo, Nuncio en España y Cardenal, para acabar siendo elegido Papa como Urbano VII, con un breve pontificado al fallecer a los 12 días. A él le acompañó durante su periplo pastoral y diplomático por diversas ciudades italianas y europeas, en las delicadas misiones que le fueron encargadas, sirviéndole con lealtad y eficacia reconocidas. Vivió la tercera y última sesión del Concilio de Trento, para recalar a continuación en Madrid al ser designado Casagna como Nuncio en España. Fue un momento histórico con la integración de la Monarquía lusa en la española en 1580 al fallecer el Rey Sebastián sin descendencia en la batalla de Azalquivir, siendo su tío Felipe II, el elegido como claro sucesor en derecho y en cuyas complejas negociaciones previas, participó activamente. Caballero por pertenecer a la prestigiosa Orden de los Caballeros de Cristo, tras regresar a Italia al acabar la misión diplomática de Casagna en 1571, volvió sólo a España, donde fundó la actual Real Asociación Eucarística del Caballero de Gracia a la que pertenecerían personajes de la talla de Lope de Vega, Cervantes, y el Beato Juan de Palafox. Contribuyó a realizar una intensa labor benéfica, social y religiosa, promoviendo hospitales, residencias y centros de acogida de indigentes y pobres de todo tipo. Fundó el actual Real Oratorio del Caballero de Gracia, y adjunto a él, un convento de Concepcionistas franciscanas donde residió la venerable Sor Patrocinio. A los 70 años se ordenó sacerdote, muriendo en olor de santidad. Su proceloso proceso de beatificación, extraviado dos veces, se reinició solemnemente en 2018 en Madrid, estando ya en Roma, en espera del reconocimiento oficial de su santidad.