Los 25 de Cataluña

La historia ha dejado escrito a lo largo de las más de cuatro décadas de nuestra reciente historia democrática que las grandes victorias electorales del PSOE se han fraguado, muy principalmente, en Andalucía y Cataluña. Esas son las comunidades que por tradición han sido calificadas como «los graneros electorales» socialistas. La realidad, sin embargo, no es tan estable.

Las elecciones andaluzas del pasado mes de junio dieron un vuelco al predominio del PSOE en ese territorio, otorgando al PP una inédita mayoría absoluta, lo que ha llevado a Moncloa a asumir que Andalucía ha pasado a ser territorio hostil. Los socialistas ya no se pueden fiar de la sólida base que siempre tuvieron en el sur, y que servía de colchón para cualquier pérdida que se pudiera producir en otras comunidades. De manera que, perdida Andalucía, la esperanza del PSOE es Cataluña.

Sin embargo, los socialistas sufrieron mucho cuando se produjo el ascenso de Ciudadanos. Para disfrute de Pedro Sánchez, esa caída fue solo circunstancial, y el Partido de los Socialistas de Cataluña ha engullido al partido (todavía hoy) de Inés Arrimadas, hasta ser la lista más votada en las últimas elecciones autonómicas (reflexión al margen merece el hecho, muy significativo, de que la única comunidad autónoma en la que los socialistas se benefician de la precipitada caída de Ciudadanos es Cataluña, mientras que en el resto de España todo el voto que pierde Ciudadanos va al PP).

Esa rotunda victoria ha elevado los ánimos en Moncloa y Ferraz hasta poner en su horizonte el recuerdo de 2008. Las elecciones generales de aquel año supusieron la reelección de Zapatero con 169 escaños, frente a Rajoy, que alcanzó 154. El PSOE apenas consiguió 15 diputados más que el PP. Y, ¿dónde estuvo la clave de aquella victoria? En Cataluña: el PSC consiguió 25 de los 47 escaños que estaban en juego en esa comunidad. Es decir, Zapatero fue presidente gracias a esos 25 escaños conseguidos en Cataluña, frente a los 7 del PP.

Estos números pueden explicar algunas de las decisiones que Moncloa ha adoptado hacia Cataluña en los últimos años.