Política
Los que suben y los que bajan
Los celos siempre son malos en toda organización humana: generan disfunciones y provocan problemas
Cuentan que hay quien ha sugerido en Génova que se recuperara a Cayetana Álvarez de Toledo con un cargo en la dirección del partido, por ejemplo, de secretaria para las Relaciones con Iberoamérica. La respuesta ha sido la previsible, NO. Esta propuesta dice que conoce poco al líder popular quien diseña golpes de efecto que pasan por hacer aquello en lo que no cree.
En la dirección del PP hay también quien acumula varios traspiés en los últimos meses. No habrá, eso sí, ningún gesto expreso de desaprobación por parte del presidente nacional porque antepone la unidad interna a cualquier otra consideración de aquí a las próximas elecciones generales. Ahora bien, quizás en la dirección popular deberían andarse con ojo porque todos saben cuándo suben y cuándo bajan, y hay quien la caída no la gestiona bien y ya ha empezado a quejarse en bajito, con mucha discreción, contra alguna decisión de la nueva dirección.
Esas quejas tienen poco recorrido porque son revueltas personales, sin trascendencia orgánica. Pero los celos siempre son malos en toda organización humana: generan disfunciones y provocan problemas. Con las nuevas incorporaciones Feijóo haría bien en andarse con cuidado no vaya a ser que tanto gallo en el mismo gallinero haga que alguno de ellos maniobre por detrás contra el conjunto para posicionarse mejor.
La política, como el periodismo, engorda a veces tanto el ego que el YO pesa más que el bien general. Y la expectativa de victoria une, pero también enardece las envidias. Si las elecciones de mayo marcan el punto de inflexión que esperan en Génova, las agendas de los que se ven ministros empezarán a apretar.
Por cierto, los negocios de un ex ministro con un ex de la etapa de Pablo Casado han empezado a dar que hablar en un modelo de partido en el que la gran fortaleza de Feijóo es, precisamente, que hablar mal de él está hoy muy mal visto.
Justo está semana el PSOE ha dado el salto de empezar a airear que la continuidad política del jefe de la oposición depende del resultado de las elecciones de mayo. No es así. A veces las terminales de los partidos se ven tan sobrepasadas por las exigencias de sus debilidades que se olvidan de un principio básico, el de que las mentiras no te fortalecen porque, aunque desde la política no lo veas, la gente siempre es más lista de lo que tú te piensas. Y esto se lo deberían aplicar todos.
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