Política

Política y ficción

En ese juego de fabulaciones e hipérboles, irrumpe el anuncio del PSOE de poner en marcha un Comité de la verdad

Cuando la exmujer del novelista francés Emmanuel Carrère lo denunció por relatar datos falsos de su vida en común en «Yoga», estaba, además de poniendo en riesgo la nominación de la novela al Goncourt, apuntando al eterno debate entre ficción y realidad. También a sus límites siempre poco claros, más bien difusos, sobre los que, probablemente, haya tenido tiempo Piqué para reflexionar en los últimos días. La canción de Shakira (así, en singular y ya sin más añadidos) no hace más que consolidar la conexión entre vida y obra al ratificar las cotidianeidades como fuente de inspiración. Igual que ya hizo hace un par de años Vargas Llosa en el cuento «Los vientos» (o antes en «La Tía Julia y el escribidor»), por no salir del «cuore» que nos rodea. Y esa alianza entre lo que ocurre, lo que el artista interpreta y lo que elige contar, o sea, la creación y la recreación, todo ese proceso parece no ser ya un atributo exclusivo de las artes: se desliza, cada vez menos sibilinamente, hacia otros ámbitos, como la política.

Si alguien aterrizara hoy en España creería que la sociedad convulsiona por una controversia, profunda e intensa, sobre el aborto. Ese alguien no entendería que hasta hace una semana no formaba parte de la conversación pública, que era una cuestión superada. Y, entendiendo que superado no significa que cada individuo no mantenga su criterio propio en un asunto tan delicado, sensible y de su esfera más íntima, sino que supone haber alcanzado un consenso legal tal que pacifique discrepancias y acomode las distintas visiones, sorprende el ímpetu discutidor. Frente a ese «statu quo», cierto y aceptado, la interrupción voluntaria del embarazo se ha convertido en un debate artificioso, impulsado por Vox, socio minoritario que esgrime un protocolo aún por conocer y por una respuesta sobreactuada del Gobierno con requerimientos fantasma. La ficción y la realidad fundiéndose. Y en ese juego de fabulaciones e hipérboles, irrumpe el anuncio del PSOE de poner en marcha un Comité de la verdad. Pues así, con el guiño a Orwell, ya estamos todos listos para la campaña.