Quisicosas

Abrir 2025 como un paquete sorpresa

Enfilo el 2025 con verdadera avidez, creo que la curiosidad es el piloto de la vitalidad y que el cotilla nunca queda defraudado

Hace un año mi hijo mediano prácticamente se mataba y, doce meses después, no sólo se ha salvado, sino que su hermano mayor se casó y ahora va a hacerme abuela. La vida es lo más parecido a una montaña rusa, con quiebros vertiginosos, subidas ominosas, rectas plácidas y caídas inesperadas. Ahora llaman “unboxing” a quitarle el envoltorio a un paquete, que es tarea a la que antes no dábamos importancia, porque lo relevante nos parecía el regalo, pero es verdad que desenvolver un año nuevo, intenso y refulgente como una muñeca en su caja, es impresionante. No sólo el microcosmos particular aguarda lleno de sorpresas, también el mundo universo.

A principios de 2024 hubiésemos despreciado a quien aventurase el triunfo de Donald Trump o la caída de Bashar Al Asad, ni uno ni otro eran previsibles. ¿Y qué me dicen de la guerra en Oriente Medio, tras el cruel e inesperado ataque de Hamás en octubre de 2023? ¿Quién nos iba a decir que los ultranacionalismos antieuropeos ganarían en Francia, Bélgica, Austria, Países Bajos, Italia y tantos laender alemanes? La Argentina de Milei es otro caso insospechado, con cambios extremos, como la superación de una inflación galopante o 40.000 funcionarios despedidos.

En España, ni les cuento. ¿Hubiésemos imaginado a Puigdemont gobernando con el presidente, a la mujer de Sánchez investigada y a su ex ministro en el banquillo? Tampoco estaban a nuestro alcance la exoneración de Chaves y Griñán o el encausamiento del fiscal general del Estado. Para terminar el año, un tsunami acuático anegó España. La reacción de los voluntarios, esa marea de abnegación, nos dejó maravillados.

El año se ha llevado muchos de los cromos de mi infancia, desde Beckenbauer a Maggie Smith, Donald Sutherland, Arévalo, Mayra Gómez Kemp o Alain Delon, pero no es lo mismo ver vacías las estanterías del recuerdo que las habitaciones de la casa propia. De mi entorno faltan varios compañeros muy variopintos, algunos en las antípodas ideológicas, a los que quise mucho, a saber, Cristina Alberdi, Victoria Prego, Jimmy Giménez Arnau y Enric Sopena. De entre los fallecidos en 2024 me han dejado estupefacta Caritina Goyanes y su padre, en un dúo estremecedor.

No descarto convertirme en Miss Universo Tercera Edad ni llegar a ministra, cosa fácil por otro lado mirando a María Jesús Montero o Yolanda Díaz. La vida es vertiginosa. Miren a mi madre, que pensaba enfilar una vejez aburrida y se ha hecho famosa en la radio, ha escrito su primer libro a los 87 años y recorre los platós con naturalidad. Enfilo el 2025 con verdadera avidez, creo que la curiosidad es el piloto de la vitalidad y que el cotilla nunca queda defraudado.