El trípode
Barcelona: «Antes roja que rota»
El horizonte de una Barcelona gobernada por el separatismo volviendo a su activismo «procesista» ante un eventual gobierno de España del PP y Vox, ha sido determinante para la decisión última.
La pantalla política y electoral ya ha pasado al 23J tras la constitución anteayer de los Ayuntamientos y el resto de entidades locales surgidas del 28M. Una cifra muy elocuente respecto al nivel de la derrota del sanchismo, es la que indica la cantidad de ciudades de más de 100.000 habitantes, así como de capitales de provincia y autonómicas que el PP ha conseguido, bien en solitario o mediante pactos con otras fuerzas localistas, y sobre todo con Vox. Suman 79 esas ciudades y de ellas en 42, más de la mitad, la alcaldía es ahora del Partido Popular. Destacar la ciudad de Badalona que popularizó Joan Manuel Serrat, con más de 220.000 habitantes, y donde el popular Xavier García Albiol volvió a ganar, en esta ocasión arrasando con 18 concejales sobre 27, con el PSC perdiendo la alcaldía obteniendo tan solo 4 ediles.
En la capital catalana, la noticia del último minuto fue el voto del PP, que con sus concejales permitió a Jaume Collboni, el que fuera primer Tte. de alcalde socialista con la alcaldesa Colau, pasar ahora a ser el alcalde, al sumar a los 10 suyos, y los 4 populares los 9 votos de ella. Se daba por hecho que el ex convergente Xavier Trias sería alcalde de nuevo, ahora con el partido de Puigdemont y Borrás, tras ser la lista más votada, aunque apenas con 11 concejales de un total de 41 del consistorio barcelonés. Finalmente, el PP optó por una «Barcelona roja antes que rota» hoy traducida por una expresión más «políticamente correcta» como la de tener «sentido de Estado».
El horizonte de una Barcelona gobernada por el separatismo volviendo a su activismo «procesista» ante un eventual gobierno de España del PP y Vox, ha sido determinante para la decisión última. Al parecer, ya estaba previsto ir con el alcalde a rendir pleitesía al prófugo de Waterloo, con la plana mayor de Junts y ERC, que, encabezados por Laura Borrás y Junqueras respectivamente, se quedaron en el «Saló de Cent» de la «Casa Gran» con un palmo de narices acompañando a un Trias enrabietado y colérico enviando a hacer puñetas a socialistas, comunes y populares por no haberle permitido volver a la alcaldía.
De Barcelona, «Cap i Casal de Catalunya» pasamos a Vitoria, la capital del País Vasco, donde se reprodujo una situación similar, al permitir el PP con su voto, que el PSOE alcanzara la alcaldía cerrando el paso a EH Bildu. Sánchez, con esas dos emblemáticas plazas obtenidas gracias al PP, tiene más difícil criticar los pactos de la «derecha extrema con la extrema derecha».
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