A pesar del...
«Billions», dinero y poder
Es arduo exponer por qué la economía financiera es tan importante para la riqueza social como la economía (no por azar llamada) «real»
Estados Unidos tiene el 4 por ciento de la población mundial y el 25 por ciento del PIB mundial. Para explicarlo, las finanzas y las instituciones resultan imprescindibles. En efecto, no habrían podido los estadounidenses alcanzar esa posición predominante sin un marco institucional de paz, justicia y libertad. Y tampoco sin el hecho financiero que, desde la banca hasta el dólar, convierte al país de en un caso excepcional.
Su realidad ha sido distorsionada por intelectuales, artistas y medios de comunicación. Por ejemplo, si pensamos en un financiero de nuestro tiempo en la pantalla, inevitablemente evocaremos a Gordon Gekko, el protagonista de Wall Street, y a su celebración de la codicia.
Por eso, la serie Billions es en cierto sentido un soplo de aire fresco. Enseña a dos personajes que a primera vista son estereotipos. Bobby Axelrod es un genio de las finanzas que gana millones sin respetar las leyes. Su rival es Chuck Rhoades, un sagaz fiscal que lo persigue para que se haga justicia. Sin embargo, como dice Carlo Amenta: «Irrumpe la individualidad, y la frontera entre el bien y el mal, lo justo y lo injusto, lo legal y lo ilegal, se difumina hasta que las finanzas y el capitalismo dejan de ser los evidentes y despreciables villanos del cuento» – «A Tale of Two Villains: Finance and the State in the TV series Billions», en María Blanco y Alberto Mingardi eds. Show and Biz. The market economy in TV series and popular culture (2000-2020), Bloomsbury Academic.
Efectivamente, la serie no presenta a un malo contra un bueno sino a dos malos enfrentados entre sí, y no valora el mundo del dinero y las finanzas del sector privado, sino que devalúa el mundo del sector público. Los pone a la par. Al final, Bobby es «un villano con corazón», mientras que Chuck es un ambicioso sin escrúpulos que no vacila en quebrantar leyes y valores morales para promover su propia carrera. Por eso el fallo principal de Billions es que «el individualismo es presentado en un contexto negativo y los personajes principales de la serie destruyen sus relaciones, sus amistades y su vida para obtener una satisfacción personal».
Es arduo exponer por qué la economía financiera es tan importante para la riqueza social como la economía (no por azar llamada) «real». Otra vez será.