Sin Perdón

Chistorras, prostíbulos y capitalismo de amiguetes

«No se pueden esconder las prostitutas o los sórdidos negocios de la familia Gómez»

Cuando se analice este periodo político, comúnmente denominado como el sanchismo, nos acordaremos de los aspectos más chuscos y groseros. No creo que los historiadores, incluidos aquellos que tengan una sensibilidad de izquierdas, podrán ofrecer un balance benévolo, porque abandonada la política se impondrá el rigor metodológico que exige la ciencia histórica. En ese momento se analizarán declaraciones, documentos y lo que hayan publicado los medios de comunicación. En este último caso, resulta todo esperpéntico. Frente a las sospechas de corrupción y la utilización de subterfugios en los mensajes, Ábalos explica que «Koldo traía chistorras de Navarra a guardias civiles». Me imagino que tantos millones de piezas de este embutido debió conducir a que le hicieran socio de la empresa o empresas productoras. Por tanto, no era el rey de los chorizos sino de las chistorras. El exministro asegura que «hay pasión carcelaria» para que entre en la cárcel, aunque me parece una defensa disparatada. Está en su derecho cuando intenta buscar una explicación imaginativa a la pasión, en este caso resulta incuestionable, de Koldo por las chistorras. El problema de todos ellos es que las cosas son lo que parecen y la utilización del No-Do sanchista no sirve para esconder la realidad.

No se pueden esconder las prostitutas a las que tan aficionado era el antiguo hombre de confianza o los sórdidos negocios de la familia Gómez. No hay un término medio: estas informaciones son verdad o son mentira. Es cierto que cuenta con la ayuda del canal 24 Horas PSOE, que ofrece la visión socialista de la política española e internacional. Todos esperamos que RTVE ofrezca a Sánchez, por fin, un espacio diario o semanal para que nos transmita sus mensajes. Los españoles lo necesitamos. Dentro del caos existente, con noticia tras noticia negativa, me llama la atención que Begoña Gómez pida a Peinado que Presidencia informe sobre los «antecedentes» de asesoras como la suya. La respuesta es muy sencilla, aunque la petición debe ser la consecuencia de la impericia de alguno de sus letrados. Lo es porque las mujeres de los presidentes del Gobierno nunca se han dedicado a hacer negocios y es bueno aclarar que desde Felipe González eran licenciadas universitarias que decidieron aparcar sus vidas profesionales. Es insólito utilizar bienes públicos para intereses privados.

Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)