Casi hubo milagro

El club tocó a rebato y los aficionados acudieron con bandera, banda y música. Los jugadores pidieron apoyo moral y el estadio se llenó de entusiastas. Todo estaba montado para que el ambiente acudiera a favor del resultado. Hasta el Rey Don Juan Carlos ocupó plaza en el palco. El Madrid salió sin darse pausa para marcar cuanto antes y el milagro estuvo a punto de consumarse en los últimos cinco minutos. El ataque a la desesperada del Madrid estuvo cerca de dar frutos. Falló al principio y marró el Borussia las ocasiones para sentenciar. Ello llevó a que se vivieran los últimos instantes en espíritu épico.

El Borussia aceptó unos minutos el juego de ida y vuelta hasta que comenzó a emplearse como suele. En cuanto practicó el juego solidario el ímpetu madridista fue aminorando. Los primeros sustos los dio el Madrid y Lewandowski también puso a prueba a Diego. Hubo ocasiones de gol, pero las madridistas fueron producidas por contragolpes y los aurinegros trataron de manejar el balón con mejores asociaciones.

Al Borussia se le descompuso parte de su estrategia con la lesión de Götze y, sin embargo, fue llegando al descanso sin sufrir lo que se proponía para que la remontada fuera posible. La solución consistía en marcar antes del descanso y hubo que dejar la solución para la segunda mitad. El Madrid se la jugó con Cristiano, que no dio muestras de hallarse físicamente óptimo. De nuevo el Madrid dio muestras de jugar sin patrón. Luchó con el mejor espíritu. Ellos jugaron mejor.

Posdata. Ramos renovó el espíritu Benito y Diego, el de Casillas.