Asturias

Conferencia con demora

Los cónclaves de las formaciones políticas siempre se celebran en fin de semana porque, entre otras cosas, se garantizan una generosa cuota de pantalla en las televisiones, y muchos minutos en la radio y titulares en Prensa. El pasado la formación que lidera, sin oposición interna alguna, la ex PSOE que no ex socialista Rosa Díez, culminó sus siete días de gloria rompiendo el pacto de gobierno en Asturias, después de haber propiciado un nuevo numerito en el Congreso del primer partido de la oposición a cuenta del famoso derecho a decidir que amenaza con romper a los socialistas en Cataluña, mientras en el resto de España las siglas se resquebrajan bajo el débil y permanentemente contestado liderazgo de Rubalcaba. Con ese panorama el fin de semana próximo se celebra la cien veces anunciada conferencia política en la que el PSOE intentará que todo cambie para que todo siga igual al más puro estilo Lampedusa. La conferencia, como las telefónicas de hace menos de medio siglo, tiene demora. Se demoran los dos grandes asuntos que de verdad interesan a la mayoría de los militantes y simpatizantes del partido. Para cuando unas primarias que garanticen un liderazgo para afrontar los próximos procesos electorales y, sobre todo, cual es la postura de la actual dirección respecto al desafío soberanista en que sigue enrocado Artur Mas. Ninguno de estos dos asuntos se van a tratar en la conferencia de marras de la que, eso sí, saldrán hermosas propuestas para un futuro de felicidad de los españoles si vuelven a darle el gobierno al PSOE aunque, para que eso ocurra, tengan que pactar hasta con el mismo Diablo. Y si digo Diablo es porque estoy pensando en Bildu-Amaiur, o como coño se llame en las próximas generales la formación de los proetarras. Seguramente es por esto que los socialistas se han negado a apoyar las mociones contra los asesinos excarcelados por la sentencia del Tribunal de Estrasburgo. No vaya a ser que en 2015 los necesiten para volver a La Moncloa.