Deberes por cumplir

El Madrid dejó los deberes más importantes de la temporada, la semifinal de Liga de Campeones, para el partido de vuelta en el Santiago Bernabéu. El Barcelona demoró el trabajo más trascendental de la campaña europea, frente al Bayern, para la vuelta en el Camp Nou. El Atlético de Madrid pospuso la revancha frente al Madrid, por los catorce años de constante humillación, para la final de Copa el día de San Pascual Baylón. Enviar mensajes de ilusión, para hacer más digerible el tránsito del día del fracaso hasta la jornada en que se sueña con la reivindicación, obedece al deseo de trocar el malhumor en esperanza.

En Madrid se sueña con superar la adversidad de Dortmund. Ganar otra vez el derbi con suplentes ha dado confianza y ha hecho reverdecer aquellos brotes verdes que se veían antaño en las noches en que había que recurrir a la épica. Entonces se conocía el poder mental que transmitía Camacho. Ahora no existe la figura inspiradora. Hay que dejarlo todo en los pies de Cristiano. En los de Xabi, menos. Los alemanes saben que desactivarle es romper al Real Madrid en dos.

El Barça lo tiene más difícil porque no marcó en Múnich. Renovar la ilusión ha tenido que ver con la reaparición de Messi en San Mamés. El argentino pareció que vuelve a ser la estrella cuya luz conduce al equipo hacia la victoria. Lo que hizo en Bilbao no será fácil que lo repita ante los herederos de Beckenbauer, que le vigilarán estrechamente. La final española, previsión de futuro.

Posdata. La revancha del Atlético, «ad calendas graecas».