Julián Redondo
Desconchones
Derrotado, pero no hundido por más señales de rendición que emitió el sábado. Herido en el orgullo y maltrecho, sí. «Borrón y cuenta nueva», pronuncia el sabio Xavi. «Hemos cometido errores impropios de unos profesionales como nosotros», asume Busquets; más profunda la confesión de Gerardo Martino, un tipo decente y consecuente: «Siento que quien no ha dado la talla no merece una segunda oportunidad». Le fueron a buscar. Zubizarreta mejoró la oferta de la Real Sociedad y firmó dos años al Tata, que ha hecho lo que ha podido, situado en el epicentro de un seísmo que no ha dejado más que ruinas y tristeza, y lo que ha sabido, que acaso no era lo preciso para combatir contra la partida de Valdés, y su posterior y trascendental lesión, la «retirada» de Puyol, el desconchón de los centrales, la fuga de Rosell, los problemas con Hacienda de Messi y el contrato indescifrable de Neymar. ¡Qué pocas alegrías, Martino!, que ahora tienes que leer y escuchar que tu puesto tiene más opositores que las administraciones autonómicas: Luis Enrique, Valverde, Paco Jémez... El futuro imperfecto del Barça empezó a escribirse cuando Guardiola «dimitió» y a Tito Vilanova le persiguió con saña la parca. Las soluciones fueron parches y el fondo de la cuestión hibernó hasta que, un escándalo tras otro, una derrota tras otra, la estabilidad saltó por los aires. Guardiola presentó un plan de renovación de la plantilla que fue rechazado y, como tampoco Rosell le llevaba a comer a casa, adivinó el porvenir y se quitó de en medio. En el Bayern reconoció que lidiar con Messi era tarea de José Tomás, El Juli y Morante. ¡Cuánta razón, Pep! Messi acabó la temporada señalado por Hacienda y en ésta continúa impresionado, lesiones al margen.
Ahora resulta que tiene que abonar entre 35 y 41 millones de euros al fisco español por las trampucias de un asesor, o varios, que contrató papá Jorge como si fuera Einstein, cuando no daba la talla ni como Chapulín Colorado. Quizá ésa y sólo ésa sea la razón de la tristeza crónica y el paupérrimo rendimiento de Leo. Pero el hecho es que, sumado todo, el desastre ha sido total, aunque la derrota del Atlético ante el Levante y el empate del Madrid con el Valencia le muestran un resquicio en una senda harto complicada, algo menos para Simeone. Le quedan dos balas para sumar 4 puntos. Depende de sí mismo. Y el Madrid, del Atlético y de la generosidad del Barça en el último partido. Emoción hasta el último aliento. Mientras Ancelotti asume conciliar sus intereses con los del club y convierte a Diego López e Iker Casillas en Hayley Mills; tú, Diego, Valencia y Celta; tú, Iker, Valladolid y Espanyol; «remake» del «Tú a Bostón y yo a California» con la Liga y la «Champions» en el desenlace.
✕
Accede a tu cuenta para comentar