Julián García Candau

Dineros y repudio

Dice Florentino, y de esto sabe mucho, que pagar cien millones por Bale es demasiado. Es más aún si son 128 y a ello se suman los posibles diez millones anuales de ficha. Es probable que el club consiga pagar tal desmesura a plazos, que es como ahora se hacen las compraventas. Es muy posible que si para los casi cien de Cristiano contó con Cajamadrid, encuentre ahora otra entidad que garantice la operación. Los números en este y otros casos similares, a pesar de la crisis, está comprobado que son digeribles. Lo que no se cuenta a veces es el posible repudio de la calle.

La repercusión que han tenido los contratos galácticos de años anteriores no ha favorecido la imagen del club. Los muy afines dirán que es envidia. Sin embargo, no debe echarse en saco roto la pérdida de cariño por el equipo. El Madrid ha tenido tradicionalmente hasta campos en que se podía casi considerar que jugaba en casa. En Gijón inventaron aquello de «así, así, gana el Madrid» y ello ha quedado como cántico cuando las actuaciones arbitrales disgustan al personal. Y no obstante, lo más preocupante para el club debería ser la reacción cada vez mayor de los públicos en contra de lo que se entiende como prepotencia. Ahora ya no cuenta con campos amables. Y Bale es ya un reto.

Posdata. Contra Mourinho, victoria con regocijo general.