Cristina López Schlichting

Doble filo

No, no me he equivocado con el título. «Doble filo» es exactamente lo que he querido escribir. Porque un «doble filo» tiene la presencia en la manifestación de los representantes del partido que se ha cargado la Ley Gallardón. Van libremente a apoyar la vida, lo sé, pero están siendo el instrumento involuntario de ese demiurgo de las cifras que se llama Pedro Arriola. Aunque la manifestación es un grito a la vida, de apoyo a las madres y sus niños por nacer, es difícil –dadas las fechas- que no incorpore también la decepción de un sector social con un Partido Popular que ha traicionado una promesa electoral, justo cuando había dado noticia («después del verano») de su cumplimiento. ¿A qué van entonces los populares a la manifa? Seguramente a demostrar que un sector del partido tiene corazón todavía. Pienso en gente como Lourdes Méndez o Luis Peral y me parece claro y sincero. Me temo, sin embargo, que esta minoría valiente está siendo utilizada mediáticamente para calmar a los descontentos. «¿Veis?» Parece decir lo más cínico del Partido Popular: «los que defendéis la vida tenéis un sitio entre nosotros». Sin embargo, no va un solo preboste importante de Génova. Allí se ha hecho lo que se ha hecho de forma consciente y deliberada. Personalmente no pienso caer en la trampa. Votaré al partido que mejor defienda mis libertades y el espacio de la sociedad civil, pero sabiendo ya que ninguna formación mayoritaria cree en el derecho a la vida del no nacido. Defenderlo es hoy una empresa tan enorme y nueva como la de los benedictinos en los albores de la Edad Media, cuando nadie apostaba ya por el valor de nadie. A mí, he de confesarlo, esa tarea me ilusiona.