Ángela Vallvey

Educación que «fa schifo»

En estos días circula un vídeo en internet «protagonizado» por una pareja de jóvenes sorprendidos fornicando en plena calle, en una céntrica zona de Madrid que suele tener ambiente universitario. Se encontraban en medio de una isleta de duro asfalto, rodeados del ocasional tráfico nocturno, y consumaban su acto impúdico bajo la luz de una farola que actuaba como sorprendente foco de rodaje cutrepornográfico. Un conductor los grabó mientras los gritaba. Subió el vídeo a Facebook y se convirtió en viral. Lo pasmoso es que, entre los comentarios a la grabación, abundan los que defienden/jalean el acto sexual en la vía pública como si se tratase de algo apropiado, rutinario y normal, producto casi de la liberación individual, refiriéndose a él cual si comentasen un indiscutible suceso fruto del derecho a la libertad de expresión. Las imágenes, junto con los entusiastas aplausos virtuales, son tan indignas y repugnantes que rebajan a la nada la poca dignidad que, a estas alturas de un siglo asombroso, empieza a quedarle al ser humano contemporáneo.

Pero Madrid, en esto, no es un caso aislado: en la página web «Roma fa schifo» (Roma da asco) se publicaba hace poco la foto de una pareja fornicando, rodeada de basuras, a las tres de la tarde en el mítico barrio del Trastevere, en lo que era calificado como «el enésimo episodio de tristeza y deterioro» de la ciudad. Son incidentes que se reproducen en otras capitales españolas y europeas.

Los jóvenes de Madrid, que fornicaban a la vista de todo el mundo como perros, como simples animales indiferentes sin pudor ni conciencia, son el síntoma del peligrosísimo descalabro educativo que ha tenido lugar en las últimas décadas, en España y otros países europeos. Pues como decían nuestros abuelos: la educación es lo primero que se pierde cuando no se tiene.