Uruguay
El «bocao»
No sé si saben que hay un jugador de Uruguay (maravillosa selección de la que una es simpatizante y seguidora) que ha mordido a un futbolista italiano llamado Chiellini pero que bien pudiera haber sido bautizado como Calamardo, el eterno enfadica de Bob Esponja. El jugador de Uruguay se llama Luis Suárez y tiene por costumbre clavar sus dientecitos en los rivales. En 2010, formando parte del Ajax de Amsterdam le atizó un «bocao» a un defensa del PSV y fue suspendido siete partidos por la Federación Holandesa y dos por su club. En 2013, ya en el Liverpool, «El Pistolero» colocó cuidadosamente su dentadura en la mano de Ivanovic. Conociendo a Ivanovic y su envergadura, lo mínimo que le pudo pasar a Suárez fueron aquellos diez encuentros de Premier suspendido. La corriente de moda indica que ahora hay que decir que la FIFA se ha pasado quince pueblos dejándole cuatro meses desvinculado del fútbol, corriente de moda en la que afortunadamente no se puede incluir a los aficionados al rugby y mucho menos a los deportistas que lo practican. Cualquier circunstancia parecida con un balón oval en juego sería motivo no sólo de expulsión de por vida, sino que Suárez sufriría, además, el desprecio de sus compañeros. No está de más recordar que este angelito también está señalado por insultos racistas, y que en el pasado Mundial de 2010 metió una mano en el área que evitó la clasificación para cuartos de final de Ghana y como parece que no estaba suficientemente contento con hacer trampas, lo celebró. Haya paz, no obstante, para los ofuscados. Luis Suárez parece que viene a la Liga que todo lo consiente. Ya le estoy viendo recibido como un héroe.
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