Martín Prieto
El cigoto sin especie
La inolvidada e inolvidable Bibí Aído, regenteando el neblinoso Ministerio de Igualdad, reunió un comité de sabios para que la ilustraran sobre el nasciturus. Un biólogo le preguntó si creía que el cigoto era un ser vivo, a lo que contestó que sí, pero no humano. Otro inquirió que, si estaba vivo, a qué especie pertenecía, a lo que la ministra contestó modestamente que no lo sabía. Para el caletre de nuestra idolatrada Bibí, un ser vivo engendrado en una mujer por un hombre podía ser un paquidermo, un ave o un invertebrado, pero en ningún caso una persona en formación celular. Las leyes socialistas de aborto siempre han cojeado de acientíficas y para no pensar en las ecografías que muestran a los fetos chupándose el dedo o bostezando(síntomas de actividad cerebral) tiraron por la calle de en medio de los plazos, que es tan inteligente como atender a los enfermos según el baremo de edades. Cuando a nuestro histórico cardenal Tarancón le comunicaron que Alfonso Guerra sería el interlocutor con la Iglesia para su financiación, el castellonense exclamó que le enviaban al demonio. Las negociaciones satisfascieron a ambas partes y en el trato los obispos reconocieron la cortesía y buena voluntad del vicepresidente socialista. Éstos son otros tiempos, y los cerebrazos de Elena Valenciano y Soraya Rodríguez han rugido ante el proyecto de Ruiz-Gallardón. Obvian que la aconfesionalidad del Estado afecta a todas las religiones, que también rechazan el aborto. Rajoy no ha ido a ver al Papa Francisco para recibir instrucciones, y la Conferencia Episcopal no es un Gobierno bis. Es más, Madrid y el Vaticano tendrán sus roces con esta reglamentación del legrado, porque la Iglesia católica es dogmática y rechaza todas las formas de aborto, como los protestantes, los musulmanes o los budistas. Denunciar el acuerdo con la Santa Sede, que es un tratado internacional entre estados, demuestra que del gallinero de Ferraz se han ido hasta los asesores. Cuando recuperen algún poder que no sea el de la calle, que rompan relaciones con el Vaticano, que no lo harán. Si tienes miedo haz ruido. El «vale ya» de la Soraya socialista es el enojo de la recién degradada. ¿A qué especie pertenece el PSOE?
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