César Lumbreras

El dilema

Dice el presidente del Parlamento Europeo, se supone que haciéndose eco del sentir de una parte de los eurodiputados, que sería conveniente que en la nueva Comisión Europea haya un número suficiente de mujeres. A su vez, el recién elegido presidente de esta última, Juncker, toma nota del aviso y, dado que los países que ya han designado sus comisarios han optado mayoritariamente por hombres, reenvía el mensaje a los Estados miembros advirtiendo que al Parlamento Europeo hay que ir con un Colegio de Comisarios con suficiente representación femenina. Desde las capitales que se han dado por aludidas, responden, en privado, eso sí, que, de acuerdo con la normativa comunitaria, es potestad de los Estados miembros designar los comisarios o comisarias y que, si al final, resulta que hay muchos más de un género que de otro, pues mala suerte, dicho sea de forma que todos nos entendamos, aunque el lenguaje diplomático sea más sutil. Y así es como están las cosas ahora mismo, cuando muchos de esos Estados no han comunicado todavía a quién proponen como futuro comisario. Uno de ellos es España. Es verdad que Rajoy ha manifestado que será Arias, pero, que se sepa, el Gobierno español todavía no ha enviado a Bruselas la notificación formal por la que el antiguo ministro de Agricultura quedaría confirmado como «comisario designado», que es como se conoce en la terminología comunitaria a esta figura, que, para serlo de pleno derecho, tiene que lograr el respaldo del Parlamento Europeo. Total, que nos encontramos ante un dilema: el Parlamento pidiendo que la igualdad de género, una de las políticas emblemáticas de la UE, sea una realidad, y los Estados diciendo que el nombramiento de cada comisario es cosa suya. ¡A ver cómo lo arreglan!