Toni Bolaño
El niño jodió el cuento
El rey desnudo se paseaba ufano entre sus súbitos. Todos apreciaban y elogiaban los ropajes que lucía Su Majestad. Estaban encantados con su rey. Llevaba cinco meses en el trono después de una época convulsa. Había formado Gobierno trazando el camino a seguir. En sólo cinco meses había conseguido poner las cosas en su sitio. En cinco meses, había convocado tres cumbres con los nobles más distinguidos del reino. La primera, para hablar del derecho a decidir. Sólo las envidias de la nobleza socialista la dejaron en agua de borrajas, que se sumó a la inquina de los nobles populares y de Ciutadans.
La segunda fue convocada por el desnudo rey para hablar de la crisis social. Como la nobleza de los partidos no estaba por la labor, el rey convocó a los agentes sociales. La cosa no acabó tampoco demasiado bien. Hubo acuerdo para alcanzar un acuerdo. Poco más. La tercera, para luchar contra el enemigo exterior personificado en el ministro Wert y su ley de Educación. La cita, el próximo martes y no pinta bien. La nobleza ha vuelto a ponerse tonta y reclama hablar del ministro pero también de los recortes en maestros y recursos. Nimiedades que molestan a Su Majestad pero que a bien seguro superará. O no.
Se criticaba, sin razón, en los cenáculos antipatriotas y conspiradores que el rey no había aprobado ninguna ley. Hoy el rey les ha leído la cartilla. Los nobles han apoyado la ley de consultas. Ha sido un trabajo arduo. Primero se aprobó una resolución por el derecho a decidir en Barcelona. Luego en Madrid. Más tarde la de Madrid se aprobó en Barcelona y finalmente se constituyó una comisión. Con medio país mareado, el rey anunció que podemos iniciar el camino a seguir porque ya tenemos la ley de consultas. El rey podrá pasearse entre sus súbditos y seguir escuchando halagos sobre sus hermosos vestidos.
Sin embargo, un niño jodió el cuento. «El rey va desnudo», gritó a pleno pulmón. La ley aprobada no sirve para nada, sólo es un nuevo paripé. A pesar de que la nobleza socialista le ha bailado el agua, el rey no puede convocar una consulta independentista con su nuevo juguete. Su ley sirve para poco, pero ha tenido que ser un niño el que ha chafado la guitarra al rey. Y eso que es un gran día. Cataluña ya tiene su primera ley.
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