Marta Robles

El peinado de Ronaldo

Dicen que en los derbis los equipos se dejan la piel en el campo; pero visto el Atlético de Madrid-Real Madrid de ayer en el Vicente Calderón, yo creo que además se dejan en casa las formas. Para empezar, en este tipo de partidos parece que los futbolistas salen a la cancha con la consigna de «a ver quién es el más tramposo».

Por eso llueven golpes, patadas y actuaciones estelares de las de tirarse al suelo por un roce, además de insultos a los árbitros. Al «Mono» Burgos, paisano y ayudante de Simeone, de sangre caliente, los suyos y ponerse como una fiera, le costaron la expulsión por parte de Delgado Ferreiro, con el que se las tuvo tiesas. Pero no es raro que él o cualquiera pierda los nervios en ese ambiente de agresividad y de falta de limpieza deportiva. Hasta los recogepelotas contribuyeron a ese clima, faltando al respeto a los blancos. Y, hablando de ellos, para mí que entraron dormidos en el Calderón. Si no llegan a despertar en el segundo tiempo, el empate se hubiera quedado en victoria de los rojiblancos.

Por si todo esto fuera poco, los partidarios de Casillas se dedicaron a increpar a a Diego López y a culpabilizarle de los males del encuentro, en vez de a hacer lo que tiene que hacer la afición en tiempo de juego, que es apoyar a su equipo, sean quienes sean los elegidos del entrenador...

El resultado, ya lo saben, Atlético, 2- Real Madrid, 2; pero yo les pondría a todos un cero en conducta. Vamos, que no me han gustado ni unos ni otros y que casi hubiera preferido tener que comentar el peinado de Ronaldo... (Horroroso, sí. Horroroso. De los que sólo se hacen los que están aburridos de mirarse tanto en el espejo...).