Restringido

El protolíder

Todos llevaban la navaja escondida y la sonrisa de anuncio de dentífrico puesta para la ocasión. Aprovechando que vivimos días de nostalgia el protolíder del PSOE se llevó al enésimo acto de presentación de la candidatura europea de su partido a Felipe y Alfonso, que hace años que no se hablan, que no pueden verse ni en pintura, pero al fin y al cabo compartieron con Alfredo muchas horas de poder cuando una mayoría absoluta era sinónimo de patente de Corso y los indignados, que haberlos también los había, apenas si se atrevían a salir a protestar a la calle para no ser estigmatizados como fachas y franquistas. A los indignados de hoy la candidata Valenciano les pidió el domingo que además de indignarse fueran a votar. A votarle a ella, naturalmente, pero se olvidó de condenar los actos de vandalismo, de terrorismo urbano, que acompañan todas las protestas que estamos viviendo en los últimos dos años. ¿También quiere el PSOE esos votos de encapuchados que el pasado día 22 de marzo estuvieron a punto de causar una auténtica tragedia en la persona de varios policías? Sobre esos indignos que se infiltran impunemente entre los indignados nada se dijo en el mitin de precampaña. Lo que sí hubo fue mucha ironía ante la falta de candidato del PP que, cuando aparezca, va a obligar a la señora Valenciano a repetirse más que el ajo ya que llevamos semanas escuchándole y todavía faltan casi dos meses para los comicios al Parlamento europeo. Y después de mayo desaparecerán las sonrisas y volverá el navajeo al seno del Partido Socialista con las primarias en el horizonte del otoño y Rubalcaba rodeado de tiburones, y alguna piraña, dispuestos a echarle de la secretaría general a dentelladas. Claro que si el PSOE gana el 25 de mayo el protolíder puede tener la tentación de hacerse fuerte en el sillón. Ese error ni es nuevo ni privativo de los socialistas. Hagan memoria y recuerden el triunfo de los populares en las municipales de 2003 que les llevó a un exceso de confianza que acabó como acabó.