Toni Bolaño
El PSOE quiere liderar la izquierda del cambio
Pedro Sánchez ha aprobado el examen. El secretario general del PSOE se jugaba su futuro político en las primarias que representaban las autonómicas y las municipales y ha superado las líneas rojas que le separaban del fracaso. No se puede decir que saboree las mieles del triunfo pero sí se puede decir que Pedro Sánchez se ha consolidado. Un dato. En diez meses el PSOE ha recuperado la confianza de dos millones de ciudadanos que no le votaron en las últimas europeas.
Sánchez ha superado el listón del 20% que se marcaban los estrategas del PSOE. No ha ganado al PP, que ha sufrido un rotundo fracaso, pero las huestes socialistas se han situado por encima del 25%. El PSOE, de la mano de Pedro Sánchez, se ha puesto en la parrilla de salida en la partida de las generales, que se vislumbran a la vuelta de la esquina, porque se ha consolidado como la primera fuerza de la izquierda. Podemos quería arrebatarle esta posición y se ha quedado corto. A pesar de que Pablo Iglesias afirmó la noche electoral que su formación iba a disputar el liderazgo al PP, lo cierto es que, con los datos en la mano, será el PSOE quien dispute a los populares la presidencia del Gobierno de España.
También el secretario general del PSOE ha ganado un pulso personal: Madrid. Ángel Gabilondo se ha quedado en puertas de poder arrebatar al PP el gobierno de la Comunidad pero ha conseguido un buen resultado, superando los escaños conseguidos hace cuatro años por Tomás Gómez. Sánchez arriesgó con el cese de Gómez pero los datos le han dado la razón. El resultado de Gabilondo lo consolida externamente pero también internamente.
Los agoreros que presagiaban una debacle no han acertado. Incluso algunas mentes «privilegiadas» auspiciaban una dimisión en bloque de la ejecutiva y pronosticaban males de toda índole. No ha sido así. Sánchez está en una posición de fuerza para convocar un Comité Federal en el que se decida la política de pactos, que podrá imponer, y para convocar el próximo 26 de junio las primarias socialistas. No parece a estas alturas que nadie vaya a disputarle el liderazgo.
Sin embargo, el PSOE no puede dormirse en los laureles. Solamente ha ganado en Extremadura y Asturias aunque se sitúa en buena posición para gobernar en varias comunidades como Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Canarias, Aragón, Baleares y Cantabria. Aquí Sánchez tendrá que hilar fino y acertar en las políticas para encarar las generales con más garantías. Los resultados por comunidades son razonables pero no son para tirar cohetes porque el socialismo español no es el PASOK –como recordó Pedro Sánchez en la noche electoral– pero está lejos de su mejor momento.
Otro de los análisis ineludibles para la Ejecutiva Federal socialista es la situación en las grandes ciudades. Los varapalos de Madrid, Barcelona, A Coruña, Valencia o Zaragoza –por citar los más destacados– no pueden solventarse con pasar página. El PSOE gobernará decenas de municipios en base a acuerdos postelectorales pero solamente ha ganado en Soria, Segovia, Huelva, Lleida y Tarragona. En el resto de capitales de provincia se han impuesto otras fuerzas. En las ciudades más pobladas, los datos tampoco son para fiestas. Ciertamente, el PSC le ha dado un regalo a Sánchez manteniendo el cinturón de Barcelona –con importantes mayorías en Santa Coloma, Hospitalet, Viladecans, Cornellà e, incluso, ganando en la segunda corona metropolitana en Sabadell, Terrassa, Granollers, Mollet o Mataró–, Abel Caballero ha arrasado en Vigo –y se coloca en una gran posición para ser el futuro presidente de la Federación de Municipios–, y se ha ganado en varias decenas de ciudades medianas. Y una última asignatura pendiente: los resultados del País Vasco y Navarra. Exceptuando San Sebastián, el PSOE se ha situado a un paso de la marginalidad política.
Anoche en la calle Ferraz se miraba con atención a Andalucía. Los resultados son buenos pero no tanto como para que Susana Díaz le pise el callo a Sánchez. El PSOE andaluz no ha registrado mejores resultados que en el resto de España. Recuperará muchos gobiernos –Sevilla, por ejemplo– pero no ha ganado las elecciones en ninguna capital, excepto en Huelva. Con estos datos, no se espera que la Reina del Sur llegue al Comité Federal –del próximo sábado– pisando fuerte.
El próximo examen lo tendrá que pasar Sánchez el 12 de junio. Ese día se tendrán que cerrar centenares de acuerdos. En el PSOE todavía no se dice cuál va a ser la política de pactos pero algunos indicios se están dando. Todavía con los resultados en caliente los socialistas destacaban que «somos el centro del cambio a la izquierda» que han votado los españoles y reafirmaban que «la izquierda ha ganado las municipales y las autonómicas». César Luena puso hilo a la aguja en una entrevista en TVE. «El PSOE va a trabajar teniendo en cuenta las coordenadas de pluralidad y cambio a la izquierda», afirmó. En definitiva, los socialistas quieren liderar el cambio a la izquierda. La puerta a alianzas con Podemos e Izquierda Unida están abiertas y no se cerrarán otras como la de Coalición Canaria y el Partido Regionalista de Cantabria de Revilla.
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