Iñaki Zaragüeta
El PSPV lo tiene crudo
No me sorprende, ni a mí ni a nadie, que el PSPV se las vea y se les desee para calar en los valencianos. Además de los pecados de origen -desconexión con la sociedad, País Valenciano, senyera, lengua...- debe enfrentarse con su propia historia como gestor a lo largo y ancho de la Comunitat, en donde le aparecen más sombras, demasiadas, que luces.
Ahí está el ejemplo del Ayuntamiento de Gandia, regido por uno de los prebostes del socialismo valenciano, José Manuel Orengo, y que dejó en ruina las arcas municipales, con gastos que merecen entrar en el capítulo del despilfarro como los más de 20.000 euros gastados en bikinis, cuatro relojes, cinco gafas de sol, cadenas de plata, pantallas de plasma, consolas, agendas, fiestas y menús en restaurantes, viajes y estancias en albergues y hoteles. Eso sólo la Concejalía de Juventud en fechas próximas a las elecciones municipales. ¿A cuánto ascenderá el dispendio suntuario de todas los Departamentos durante los cuatro años de legislatura y durante el tiempo que mandó el PSPV?. Como para dejarles volver a manejar el erario local.
De ahí que las críticas lanzadas contra el gobierno del PP en Gandia, sean fácilmente contrarrestadas y tengan además escaso calado en los habitantes, que son los quienes realmente pagan las consecuencias de esos excesos innecesarios, dirigidos exclusivamente a captar o «intentar comprar» el voto.
Tampoco debe extrañarnos si volvemos la vista a Andalucía, donde el escándalo económico alcanza cotas inimaginables. Así es la vida.
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