PSOE
El «sorpasso» que sí quiere Sánchez
Pedro Sánchez, pese a todo, sigue. Ni su derrota histórica el 20-D ni su fracaso a la hora de fraguar una alternativa política que le llevase a La Moncloa parecen argumentos de peso para apartarle de la pomada. Va a llegar a la «segunda vuelta» como salió de la primera. En palabras de un veterano dirigente socialista, como «un fiambre renqueante». Estamos ante un superviviente. Por mucho que el fiasco de la gobernabilidad haya sumido a sus filas en una extensa depresión, que el propio Pedro Sánchez busca curar aireando que «el cambio» llegará el 26-J, el «cadáver político» sigue vivo.
Desde el «aparato» de Ferraz, viendo cómo está de gélido el ambiente de su gente, han tenido que salir a tratar de levantar el ánimo. Han difundido, «boca a oído», unos hipotéticos sondeos donde se arañaba a Pablo Iglesias casi el 30% de los 5,2 millones de votos que Podemos y sus confluencias conquistaron hace cuatro meses. Ninguno se lo ha creído en el seno del PSOE, porque la realidad es que, cuando echan cuentas por circunscripciones, ni las más optimistas les dan para repetir los 90 escaños que tienen ahora. Así que nadie descarta que se encaminen hacia otra –probable– derrota histórica.
¿Y qué ocurre con Andalucía? Sin duda es uno de los puntos fuertes del socialismo y hacia donde tantas miradas se dirigen atraídas por el liderazgo virtual de Susana Díaz. Pues bien, aunque nadie en el entorno de la lideresa andaluza esconde que con sus gestos y sus formas juega a situarse como alternativa a Pedro Sánchez, las cartas electorales que le dibujan desde su territorio podrían frenar, de alguna forma, sus deseos políticos a nivel nacional.
La clave para el reinado de Susana Díaz en Madrid está en mantener el Partido Socialista andaluz como primera fuerza. Claro. Ella lo sabe. Su equipo lo repite siempre. El drama para las aspiraciones de la dama socialista sería perder la primera posición en Andalucía, achuchada por Podemos e Izquierda Unida, y superada por los populares de Juanma Moreno. Porque fuentes socialistas señalan que aquel bello recuerdo de relegar al Partido Popular a la segunda posición, sacándole el 20 de diciembre dos puntos de ventaja, ahora puede ser un simple espejismo. De hecho, en escaños aportados al Congreso casi se produjo entonces un empate: 22 diputados frente a 21. Pero esas mismas fuentes socialistas insisten en que el temor a que el Partido Popular sume en esta ocasión Córdoba a los lugares donde fue primera fuerza en diciembre –Almería, Málaga y Granada– es algo ya hoy contemplado.
En estos meses, Susana Díaz ha llenado de dudas a compañeros que peregrinaban a San Telmo para pedirle que se pusiese al frente del partido. Lógicamente, si hasta ahora no estaba decidida, ante esta hipotética nueva relación de fuerzas en su tierra, menos ganas aún tendrá de cruzar Despeñaperros e instalarse definitivamente en la capital, además para emprender la carrera de liderar un socialismo que incluso puede verse superado por los chicos de Iglesias como alternativa de la izquierda al centro derecha. Porque en el otro escenario posible, es decir, que Pedro Sánchez consiga evitar el «sorpasso» de Podemos, si también Díaz pierde en Andalucía la «pole position» frente al PP... un superviviente como Sánchez no va a permitir que se le escape el control del PSOE.
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