El tiempo lo cura todo

¡Maldita corrupción! Todo empezó, como diría Gerard Piqué en referencia a Kevin Roldan, en 1982 con los socialistas, cuya conducta, lejos de borrarla del escenario español, imitaron los que gobernaron las instituciones, esencialmente PP y Convergencia. Cuantos más años gestionaban, más grande era la lacra.

En los últimos tiempos, el PP ha sido objeto del castigo en las urnas por culpa de que demasiados cargos públicos se han visto imputados y condenados. Aun así, siendo justa la penitencia, sus «affaires» no alcanzan las cotas de latrocinio de los de Andalucía, donde no solo está implicado el PSOE sino también los sindicatos, o el de Jordi Pujol y su clan.

Ahora, parece ser, según publica en estas páginas Carmen Morodo que del PP sabe más que muchos de sus mandamases, los populares creen que la riada contra sus intereses pasará, como tan bien canta Sabina, lo que tarda en llegar el otoño. Entonces, la corrupción no devorará las expectativas de las huestes de Rajoy. Imagino que la conclusión se desprende del tan manoseado axioma en política «el tiempo lo cura todo».

Estoy convencido de que el Rajoy está doctorado cum laude en eso de la «Res publica». Me hubiera gustado más que, en lugar de escudarse en el paso del tiempo, el renacer popular se debiera a haber abolido la corrupción. Así es la vida.