Julián García Candau

Esquizofrenia

Que Mourinho convierta al mejor portero de España, y uno de los mejores del mundo, en suplente es para preguntar hasta qué grado llega la venganza. Que Mourinho diga que Adán está mejor que Casillas es cuestión de análisis psiquiátrico porque en tal afirmación puede haber indicios de esquizofrenia. Nadie en su sano juicio, y más o menos conocedor de lo que sucede en el vestuario del Madrid, puede considerar que mandar a Casillas al banquillo, en este caso de los acusados, es simplemente producto de una limpia opinión futbolística. No cuela. Se sabe en qué condiciones anímicas vive la plantilla, en qué porcentaje está actualmente el respeto de los futbolistas por el entrenador y es sabido, hasta en Nueva Zelanda, que Mourinho no traga a Casillas, ni a Sergio Ramos, y tampoco es santo de la devoción de otros jugadores españoles y extranjeros.

Siempre se ha dicho que la venganza es plato que se sirve frío y en este caso se ha puesto en la mesa humeante. El divorcio entre parte muy sensible de la plantilla y el entrenador es evidente, aunque los jugadores, prudentemente, hagan declaraciones contrariamente a lo que piensan. Mourinho está creando excesiva tensión en el club. Tal actitud solamente la sustentan quienes desean que se les dé el finiquito con todos los emolumentos pactados. El entrenador del Madrid, con disfraz de madridista, no ceja en sus retos al club. Y especialmente, al presidente.

Posdata. «Mou» convoca a jugadores del Castilla, no los alinea y debilita al equipo de Toril. Más venganza.