Felip y yo, todo un equipo

Ayer me metí en internet para ver cuál era el nombre exacto de la consellería que ocupa Felip Puig. Así encontré unas declaraciones suyas que me habían pasado desapercibidas. Aunque son de junio, las quiero utilizar, porque cuando alguien dice algo que coincide con lo que piensas, te parece que la sabiduría ha hablado por su boca.

Felip dijo: «España tiene 15 autonomías ficticias que no necesitan parlamentos ni observatorios de turismo». Esto lo dijo el día que ERC ganó las últimas elecciones en Cataluña, que no sé si es la autonomía número 16 o la 17.

Este chico asegura que Cataluña sí necesita un parlamento y un observatorio de turismo. (No sé para qué hay que observar a los turistas, pero si él lo dice, por algo será.)

Y sigue: «El Estado de las Autonomías ha terminado y ahora tenemos que elegir entre una cosa y la otra».

Como es ingeniero, lo de hablar no se le da muy bien. También puede ocurrir que, como soy ingeniero, entender no se me dé muy bien. Además, no me acaba de gustar lo que dice, a no ser que Aragón esté entre las autonomías no ficticias, por aquello de la Corona de Aragón, cuyo archivo no sé por qué está en Barcelona, pudiendo guardarlo en Zaragoza. Si Aragón es de las que sobra, Felip, ya me dirás qué hacemos con nuestro presidente, el Gobierno, la Diputación General, el Justicia, etc. ¿De dónde sacamos para darles de comer? Y si eso lo multiplicamos por 15, va a ser terrorífico.

Como siempre quiero ver el lado bueno, pienso que eso hará que Merkel nos mire con mejores ojos, pensando que estamos en el buen camino.

Felip, me caes bien. No sé cuál es la otra autonomía que quieres salvar. Pero pienso que, puestos a trabajar, podríamos cargarnos las 17 autonomías y tomarnos las cosas en serio. ¿Por qué no encargas un estudio sobre el nuevo modelo de Estado que estás proponiendo, llevándolo a la desaparición de las 17 autonomías? Porque más tonterías no han (habéis) podido hacer. Ánimo, Felip, que hay que conseguir meter otra vez a unos cuantos prohombres en un parador, con el encargo de que, visto lo visto, rehagan España. Y si alguien dice: «¡Estos quieren recentralizar!», tú y yo, formando un equipo sólido, contestaremos: «¡Sí, ¿y qué?!»