Alfonso Merlos
Guerreros de Xian
Son guerreros de Terracota. Hieráticos. En formación impasible ante lo que está ocurriendo. Por delante y por detrás. Lo de UGT y CC OO cada Primero de Mayo va dejando de ser noticia. El pinchazo se espera y se consuma. El intento fallido de movilizar al proletariado se anuncia y se certifica ante los ojos de millones de españoles que no quieren saber nada de nuestras acomodadas élites obreras.
No se han reformado. No se han regenerado. No están combatiendo la corrupción con la mínima dureza exigible a quienes han visto en sus faldas casos flagrantes de malversación. Estas cosas se pagan. Y los ciudadanos ya no admiten que un pequeño grupo de fariseos se invista de toda clase de autoridad y legitimidad para determinar las políticas económicas que valen y las que no, para establecer cuáles son los empresarios de verdad (¡alguno habrá!) de los que se erigen en una banda de explotadores (¡la mayoría, claro!).
No. Esta clase de patrañas ya no cuelan. No es que sean mantras desgastados. Es que son mentiras como un piano, hirientes para una mayoría social, consciente de que este país se saca adelante madrugando, currando, dejándose la piel en el puesto de trabajo y no engrosando el ya nutridísimo ejército de liberados sindicales. ¡¿O alguien que sepa de qué va el paño lo duda?!
Las acciones tienen consecuencias. Toxo, Méndez y sus palmeros se lo han buscado. Y simplemente recogen los frutos del desprecio y el vacío, visualizados en un día tan señalado en la estampa de unas calles semivacías, con poca pancarta y excesivo alarido. Pero ya se sabe lo que decía el italiano Arturo Graf: «El saber y la razón hablan; la ignorancia y el error gritan».
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