Irene Villa

Hijos con tu sonrisa

Dicen que los hijos adoptados no tendrán tus ojos, pero sí tu sonrisa. Y cada vez son más los que recurren a la vía de la adopción: quienes no pueden tener hijos biológicos pero también quienes piensan que con tantos niños sin hogar es incluso egoísta tener hijos propios antes que adoptarlos. Lo que ocurre es que es tal el calvario que tienen que sufrir tantos padres para poder llegar a abrazar a sus hijos, por no hablar del desembolso económico que supone embarcarte en una larga aunque definitivamente gratificante adopción, que lejos de fomentar las necesarias adopciones en tantos países del mundo sólo consiguen truncar sueños, romper esperanzas, frenar esas vidas que estando en blanco y negro pueden llegar a colorearse en los brazos de sus padres adoptivos. Son tantos los niños desamparados que necesitan una familia en la que poder crecer sanos y felices que no se comprende que cada día se pongan más trabas y requisitos. Cada vez se necesitan más acuerdos y las opciones se diluyen en unas expectativas que hacen perder la ilusión de alcanzar el sueño de formar algún día una familia. Mengua la esperanza cuando debería ser todo lo contrario. Los requisitos de cada país, independientemente de las ideas políticas, los convenios y las condiciones para adoptar, deberían ser universales e ir aumentando cada vez más las probabilidades de optar por una vía, que, si bien es obligada para unos, supone un compromiso social para otros. Esperamos que las negociaciones entre España y Rusia devuelvan ilusión a los padres y sonrisas a sus hijos.