Cástor Díaz Barrado

Incógnita en Venezuela

El futuro político de Venezuela, en los próximos años, está por ver. Ni las elecciones presidenciales que tuvieron lugar en octubre ni las elecciones regionales que se han desarrollado estos días han despejado el panorama político de este país y, a pesar de todas las apariencias, la incertidumbre se mantiene y se ha adueñado de la realidad venezolana, aunque se haya producido el triunfo de Hugo Chávez y de su partido en ambos procesos electorales. La mejor prueba es que cabe decir, al mismo tiempo, que a lo mejor todo es un espejismo y que es probable que lo que está pasando en Venezuela sea simplemente el reflejo de la realidad. Está claro que el cambio en Venezuela produciría muchas consecuencias no sólo en el interior del país, en su organización política y social y en su orientación económica, sino, también, produciría efectos muy significativos en el área latinoamericana, produciéndose una reordenación en las alianzas que se mantienen en la actualidad. Lo que pase en Venezuela es muy importante en el futuro de Latinoamérica. Pero lo que no se sabe es si el cambio se producirá a pesar de que Chávez abandone el poder o pase a ocupar un papel menos relevante en la vida política venezolana. La fuerte personalidad del presidente venezolano, su liderazgo y su capacidad política, hacen pensar que no sería posible el chavismo sin Chávez, pero lo que no podemos adelantar es que, sin Chávez al frente, se produciría inevitablemente el derrumbe de sus seguidores y la desaparición del sector político que representan. Sin embargo, el triunfo del Partido Socialista Unido de Venezuela en las elecciones regionales no resuelve ninguna de estas dudas ni, tampoco, da garantías de que Nicolás Maduro se consolide como líder de las posiciones chavistas, aunque sus tesis hayan ocupado un mayor espacio político en estas elecciones. Ningún análisis debe menospreciar los resultados obtenidos por la oposición, liderada por Capriles, y menos aún el papel que el propio Capriles puede jugar en un futuro muy próximo. En tan sólo tres meses se ha puesto de relieve que una oposición unida frente a las tesis de Chávez ha sido posible en Venezuela, que esta oposición se ha aproximado, más que nunca, en unas elecciones presidenciales y que, su líder, ha conservado el poder en el Estado de Miranda a pesar de la movilización chavista y de la desmovilización opositora. Todo está por decidir. La incógnita es la clave, ahora, de la política venezolana.