Jueces franceses

No deja de ser extraño que en las últimas semanas hayan aparecido publicados varios sondeos de opinión sobre la popularidad de los políticos franceses y, en concreto, la alta opinión que tiene todavía el ex presidente Sarkozy. Algunos jueces están volviendo a sacar a la luz detalles de una causa abierta en Burdeos antes de la últimas elecciones sobre el dinero recibido por Sarkozy de la millonaria heredera de la fortuna L'Oreal para ayudar en la campaña electoral del político. En una lectura de la imputación hecha ayer al ex presidente francés, el juez de Burdeos, Jean Michel Gentil, le acusa de un «delito de abuso de debilidad de Lilliane Bettencourt», la mujer más rica del país. El juez tomó la decisión tras un careo mantenido por Sarkozy con cuatro miembros del servicio doméstico esta semana. El «caso Bettencourt» persigue a Sarkozy desde 2010, cuando se le acusó de recibir dinero para financiar su partido y su campaña electoral de 2007. El ex presidente ya declaró ante el mismo juez de Burdeos en noviembre del año pasado sin que éste lo imputara por ningún delito. Lo que no deja de extrañar es que ahora se le acuse de un delito de «debilidad», pero no por financiación ilegal que sí le atribuyó el noviembre pasado. El abogado del ex presidente, Thierry Herzog, dijo ayer que seguirá recurriendo las imputaciones de su cliente.

En el otro lado del escenario político francés, el Partido Socialista también parece tener problemas con la Judicatura. El ministro de Hacienda de Hollande, Jerome Cahuzac, presentó su dimisión después de saber que la Fiscalía le acusaba de haber mantenido abierta una cuenta secreta en la Unión de Bancos Suizos durante años antes de llegar al Gobierno. Se le acusa de blanqueo de dinero y fraude fiscal. Se da la coincidencia de que Cahuzac era la pieza básica del equipo tributario y financiero de Hollande. En concreto, una de sus propuestas electorales que luego no se aceptó fue la de subir el 75% a las rentas superiores al millón de euros.