Pilar Ferrer

Junqueras lanza reproches a Mas: «Estás en manos de las catalinas»

Un pulso enorme entre Artur Mas y Oriol Junqueras. Una decisión final liderada por dos agitadoras sociales, al frente de la Asamblea Nacional de Cataluña y Ómnium Cultural. Y una brecha ya sin remedio con Josep Antoni Duran Lleida. Éste es el triste análisis que hacen dirigentes de Convergencia i Unió, antaño todopoderosa Federación nacionalista fundada por Jordi Pujol, que gobernó durante casi treinta años, hoy hecha trizas. La última entrevista de Mas con Carme Forcadell y Muriel Casals, celebrada el pasado jueves en el Palau de La Generalitat para cerrar una lista única soberanista, ha enojado profundamente a Oriol Junqueras y levantado suspicacias en Duran. La rabieta de Esquerra Republicana y el arranque de la nueva plataforma del líder de Unió, marcan el convulso escenario político catalán. Un horizonte compartido por veteranos dirigentes de CiU y reflejado en la frase que Junqueras le dijo a Mas en una tensa conversación: «Estás en manos de las catalinas».

Así se conoce entre los partidos catalanes a las dos activistas de la ANC y Ómnium, en quienes el presidente de la Generalitat ha depositado ahora sus esperanzas, tras despechar a Junqueras. «Mas le ha hecho una jugarreta a Junqueras y se la van a devolver», dicen en la Federación. Al retirarle su apoyo, a Mas no le queda otra alternativa que caer en brazos de Carme Forcadell, la auténtica musa soberanista. Según fuentes de CiU, la ANC y su otro brazo agitador, Ómnium Cultural, pactarían una lista única con dos condiciones básicas: elecciones plebiscitarias no más allá de tres meses y declaración unilateral de independencia. «Un suicidio político», aseguran estas fuentes, que contemplan con estupor cómo un presidente democrático claudica ante unas organizaciones fuera del Parlamento y cuya única fuerza está en la calle.

A esta «dura pelea» entre Mas y Junqueras se añade el distanciamiento cada vez mayor entre el presidente de la Generalitat y Duran Lleida. Su diálogo es de sordos. «Si hablan o no es ya irrelevante», opinan en Unió, dónde la sorpresa por la nueva consulta descafeinada de Mas fue mayúscula. En el Congreso, sus diputados no daban crédito al anuncio de ese rocambolesco 9-N, cada día con ingredientes de ilicitud, y rechazan de plano cualquier lazo electoral con la ANC y Òmnium Cultural, fuerzas extraparlamentarias que nunca han sido votadas. El propio Duran, en un encuentro privado, lo dejó claro: «Hay dos líneas rojas que no pasaré: una consulta ilegal y la declaración unilateral de independencia».

Pero el apoyo de Forcadell y Casals va mucho más lejos. Personas muy próximas a Mas vaticinan que éste podría guardar un as en la manga: ofrecer a la ANC la lista única sin ser el candidato. O sea, «entregarles su cabeza y destrozar el partido», lamentan en CDC. El objetivo sería confeccionar «una lista de país, sin siglas de partido», tal como exige la presidenta de ANC, a cambio de incluir algunos nombres destacados del separatismo, como Pep Guardiola, Lluis Llach e incluso antiguos dirigentes del PSC claramente soberanistas, como Joaquín Nadal, Joan Ignasi Elena o Montserrat Tura. La propia Forcadell aspira a liderar la candidatura, lo que levanta ampollas en el empresariado y la sociedad civil catalana. «Sólo de pensarlo se me ponen los pelos como escarpias», afirma un destacado empresario.

Ante este «panorama de locos», en palabras de algunos dirigentes de CiU, todos coinciden en el poder determinante de «las dos catalinas». En el seno de la Federación son muy claros: «Quien ellas escojan como pareja de baile gana la partida». El anuncio está previsto para hoy domingo, en un acto masivo en plaza Cataluña de Barcelona, donde la ANC y Ómnium exhibirán su fuerza. Según fuentes de ERC, el motivo de su posible apoyo a Mas y lejanía de Esquerra radica en que el primero les ha dado todo cuanto pedían. «Algo increíble, Mas ha cedido ante la calle y la independencia por encima de Junqueras», dicen los críticos de Convergencia. Su retirada como candidato la ven muy posible. «Prometió el referéndum, no le dejaron, pero sacó las urnas para votar independencia. Cree que se iría como un héroe». El propio Francesc Homs, portavoz de La Generalitat, admite al respecto que «todo es negociable». Al dejar la primera fila, Artur Mas podría también liberarse del escándalo Pujol, un yugo de imprevisibles consecuencias.

Mientras, Artur Mas y su núcleo duro persisten en un 9-N grotesco, que el Gobierno de Rajoy vigila, y esa «lista de país» con el apoyo de ANC y Ómnium, con protagonismo de nombres separatistas y no siglas partidarias. Queda por ver la actitud definitiva de ERC, ahora muy desairada con Mas. La pasada semana, varios diputados catalanes mostraban en los pasillos del Congreso su incertidumbre ante el escenario político. Los bandazos del presidente de la Generalitat son imprevisibles y el espectáculo inédito. Hasta alguno de ERC lo reconocía en privado muy gráficamente: «Aquí salimos todos por piernas».