Ely del Valle
La decisión de Susana
El año ha empezado movido para Susana Díaz, que acaba de reconocer que su falta de sintonía con Pedro Sánchez es extensible a sus socios de gobierno en Andalucía. De ahí a convocar elecciones hay un paso... o no. Veamos: una convocatoria anticipada le daría ventaja frente a Podemos, convertido según las encuestas en la bestia negra del PSOE, pero todavía falto de recubrirse con algo de sustancia tangible. Por otro lado, y aunque el PP sigue en paradero desconocido de Despeñaperros para abajo, los escándalos de los ERE y de los cursos de formación y el desgaste, que alguna vez tiene que hacer mella, de tantos años de gobiernos socialistas como los que llevaba Don Juan Carlos en el trono, tampoco son el ecosistema perfecto para repetir las mayorías absolutas de antaño. En este sentido, adelantar unas elecciones para tener que recurrir a una alianza con los mismos socios es tontería.
Puede ocurrir también que la idea de Díaz sea convocar, ganar aunque sea por los pelos para revalidarse ante unas urnas en las que todavía no se ha estrenado y, con ese aval, plantarle cara a Sánchez en las primarias de julio. Todo muy apretado, sobre todo ahora que nos hemos enterado de que precisamente por esas fechas la presidenta andaluza va a estrenar maternidad, cosa que, por otro lado, tampoco es una barrera infranqueable, tal y como demostró en su día Soraya Sáenz de Santamaría cuando se hizo cargo de la vicepresidencia del Gobierno todavía bajo los efectos de la epidural.
La incógnita sobre qué va a hacer Díaz se despejará en breve –quizá hoy mismo– porque los plazos apremian, pero tampoco hay que descartar que los movimientos de los últimos días no sean mas que un amago para embridar a una IU que no está precisamente para andar arriesgando el tipo en las urnas. Y mientras tanto Sánchez, a verlas venir. Qué cosas.
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