Angel del Río
La nueva marea sucia
La de basuras o la de limpieza viaria son las huelgas más sucias que puedan darse, en el sentido literal de la palabra. El legítimo derecho a la huelga choca con el incumplimiento de los servicios mínimos; aunque las reivindicaciones de los trabajadores puedan ser justas, pierden toda la razón cuando se emplea la violencia, cuando se desparraman los residuos y se echa más basura sobre la no recogida; cuando se llevan a cabo actos vandálicos que producen destrozos en el mobiliario público, cuando se coarta con amenazas el derecho de los otros trabajadores que deciden no apoyar la huelga. Y todo esto se ha venido produciendo en el duro conflicto de Alcorcón, que tiene sus precedentes en el de Madrid, con la huelga de los servicios de limpieza viaria, y en Pinto, en la de recogida de los residuos.
Parece que esto de la marea laboral va por barrios, o por sectores. Acabada, de momento, la marea blanca de la Sanidad, parece que toma auge la marea sucia, que puede llegar a convertirse en una amenaza para la salud pública. No sólo la imagen de los desperdicios amontonados supone un deterioro estético, sino que de este tipo de conflictos se está haciendo un ejemplo de intolerancia, de radicalidad que se torna en violencia y agresividad. El último ejemplo lo tenemos en Alcorcón, un caso lamentable y peligroso. Y cuando el Ayuntamiento se dispone a cumplir con el deber de recoger los residuos por otros medios, llegan las amenazas, el tratar de impedirlo por la fuerza si fuera menester. La marea sucia amenaza con no pararse aquí; parece que en otros municipios se pueden estar cociendo convocatorias de la misma naturaleza. La marea sucia puede ser la nueva moda de las huelgas que marcan tendencia, lamentablemente.
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