Martín Prieto
La razón de Depardieu
El teatro oficial de Estocolmo lleva el nombre de Ingmar Bergman ya que lo dirigió y en él representó su mejor dramaturgia formando elencos de actores. Quién solo haya visto su filmografía entenderá que no era un egoísta social ni un hombre obnubilado por los alamares del lujo, pero en un ejercicio de autoestima adquirió una islita deshabitada de Dinamarca negándose a pagar unos impuestos progresivos de la socialdemocracia sueca que resultaban confiscatorios. El gran Gérard Depardieu, tras mearse en el pasillo de los aviones, y otros franceses pudientes como Bernard Arnault propietario Louis Vuitton se han residenciado en Bélgica expulsados por una presión fiscal del 85%. Nuestros socialistas pregonan la lógica progresión fiscal pero ya suben la nota de la melodía hablando de los impuestos a los ricos a quienes nunca tocan. Sabiamente el PSOE entendió que la estrangulación fiscal llevaba el dinero fuera y un hombre duro y jaque como Carlos Solchaga inventó las SICAV para conservar dentro fortunas que pagaban a Hacienda virtualmente. Nuestros inspectores de Hacienda no portan revólver y esposas como los americanos, fruto de los tiempos en que Alfonso Capone era condenado no por asesinatos en cadena y crimen organizado sino por fraude fiscal, pero son maleducados y prepotentes. Inspirándose en una Sofía Loren en la cárcel y Carlo Ponti encausado (ambos se hicieron helvéticos ) el responsable del Fisco, José Borrell, que debe ser el único estadista español nacido en Cataluña, linchó a Lola Flores para dar ejemplo y enfriar las evasiones realmente importantes. Lo que no hace Hacienda es porque lo detiene el poder político, y se equivoca Cristóbal Montoro publicitando a golfos de medio pelo exponiéndolos medievalmente en el rollo de la plaza del pueblo. Los delincuentes fiscales han de ser juzgados y sus sentencias serán públicas. Basta con eso. Al bueno de Fernández Ordóñez, autor de nuestra reforma fiscal, se le ocurrió lo mismo y hubo de recular cuando le advirtieron que estaba facilitando información personal a ETA. Tras los jóvenes profesionales la próxima emigración (ya) será la de las grandes fortunas que, como Gérard Depardieu, se deslocalizan.
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