Julián García Candau

Lo «barato» es caro

Las páginas de los periódicos dedicadas a la tauromaquia servían para que se aprendiera cierto tipo de medicina. Al menos quedaban grabados aquellos partes en que se especificaba lo de puntazo corrido, destrozos en la arteria femoral, herida inciso contusa que interesa aponeurosis, piel y tejido celular. Era lenguaje que distinguía, además, las consecuencias de la cogida con la calificación que iba de la gravedad al pronóstico reservado. Los toros casi han desaparecido de los diarios y la medicina de la que se habla ahora es la que atañe a los futbolistas.

Empezamos con el astrágalo, lesión de Gaspar Rubio, y seguimos con el menisco, las fracturas de tibia y peroné y fuimos conociendo términos como pubalgia, elongación, triada, periartritis, rotura fibrilar, distensión ligamentosa, desgarro del ligamento anterior cruzado, esguince, lesión en los isquiotibiales, sobrecarga y los leves calambres que algunos llaman rampas.

El género médico-literario no acaba en lo expuesto. De vez en cuando, para sorpresa general, aparecen conceptos desconocidos. Según se afirma, Bale padece protrusión en zona lumbar. Hay quien afirma que lo peor es la hernia de disco que con el tiempo le obligaría a pasar por el quirófano. Lo suyo comienza a ser preocupante. Las lesiones primeras están justificadas por la falta de adecuada preparación en la pretemporada. Lo de la hernia es harina de otro costal. Hay que suponer que los médicos del Madrid la detectaron y, si la consideraron inofensiva, al menos, debieron decir, como don Máximo García de la Torre, pronóstico reservado.

Posdata. Bale, según el club, es barato. A este paso certificará que todo lo «barato» es caro.