Carmen Enríquez
Los ojos de la Reina
Por primera vez, la emoción estuvo a punto de traicionar a Doña Letizia, la consorte del Rey Felipe V, en el acto de entrega de los Premios Príncipe de Asturias. Los ojos verdes de la Reina se volvieron más brillantes que nunca y casi dejaron escapar alguna lágrima cuando los asistentes a la entrega de los prestigiosos galardones interrumpieron con un largo aplauso el discurso del Jefe del Estado que alguien cerró con un «¡Viva al Rey!» seguido de un «¡Viva a la Reina!». Doña Letizia, asturiana de nacimiento, oriunda de esa misma ciudad en cuyo centro está enclavado el Teatro Campoamor, recibió el homenaje contenido en ese «viva» que sonó sincero y espontáneo en el ambiente del teatro.
Al ser la primera vez que Don Felipe y Doña Letizia asistían a los premios como Reyes, se creó una atmósfera particularmente emotiva que estuvo presente a lo largo de toda la ceremonia. Y que se puso de manifiesto, por ejemplo, a la llegada de la Reina Doña Sofía, que recogió una vez más el afecto y el cariño de los asistentes expresado en un prolongado aplauso que se repitió al ser nombrada por Don Felipe en su discurso. En cinco ocasiones el Monarca tuvo que esperar a que amainara el entusiasmo de los invitados ante sus palabras, llenas de elogios hacia los premiados de este año. Las intervenciones de algunos de ellos atrajeron la atención de los invitados a la entrega de los galardones. Pero sin duda, la persona que hizo vibrar a los asistentes fue la periodista Caddy Adzuba, una mujer que lleva décadas denunciando la violencia contra las mujeres en su país, la República Democrática del Congo, y cuyo testimonio de denuncia por la impunidad en la quedan esos crímenes llegó al fondo del corazón de todos los que le escuchaban.
El himno de Asturias, interpretado por una banda de gaiteros, envolvió una vez más el cálido ambiente del Campoamor antes de poner fin al último año en el que los premios llevan el nombre de Príncipe de Asturias. El año próximo cambiarán su denominación, que pasará a ser Premios Princesa de Asturias. Al anunciar el Rey este cambio, se equivocó, lo que generó una disculpa de Don Felipe tras darse cuenta del error, una amplia sonrisa de Doña Letizia, seguida de un gesto de cariño hacia su esposo, a quien acarició la mejilla y besó con afecto.
✕
Accede a tu cuenta para comentar