Partidos Políticos

Marco Pannella

La Razón
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En Roma, a los 86 años, ha fallecido Marco Pannella, periodista, agitador político y alma del Partido Radical italiano. Fue la antítesis de los antisistema cuando estos permanecían en la lista de espera para nacer, y él, sin destruir nada, ya había reivindicado todo lo reivindicable con sus artes de seducción, su gran cabeza romana presidida por una nariz aristocrática y una bonhomía que parecía presagiar otra raza de políticos. Los desavisados le tuvieron por anticlerical y Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede, ha recordado su importante herencia espiritual y humana y su lucha generosa por los más débiles y necesitados. Su discípula Emma Bonino, dos veces ministra italiana y Comisaria europea, referente del feminismo adulto, lo ha despedido con un :...«lo echarán de menos hasta sus enemigos y quienes no le comprendieron, por su pasión, compromiso, sentido de las instituciones, respeto por las reglas y, sobre todo, de los adversarios». El primer ministro, Renzi, conciso y definitivo: «Fue un león de la libertad». Hace millones de años aterrizó en Madrid sin equipaje ni agenda española, ajeno a todo protocolo, con la única y modestísima logística de los teléfonos de Javier Pradera y mío para que le ayudáramos a propagar su imaginario. Le conseguimos un salón en el «Ritz», llenamos el aforo casi boca a boca y escribí un editorial titulado «¿Radical?, sí, gracias» que demostró mi nula capacidad de convicción. Aquel radicalísmo era una ucronía que por llegar demasiado pronto se consumió en su pábilo; el PSOE no quería nada a su izquierda y nuestras derechas no entendían la provocadora denominación de aquel movimiento. Pannella hizo suyas causas como el pacifismo, las mujeres, los comportamientos sexuales, el aborto, la pena de muerte, y hasta las drogas blandas. Hacía huelgas de hambre, fumaba marihuana delante de los guardias y llevó al Parlamento a la porno Cicciolina. No fue un Beppe Grillo y tuvo conciencia de que el peor sufrimiento es el de los demás. Provocaba sin herir y aspiraba a meter en el sistema la mayor cantidad de gente posible sin exclusiones, dogmas o sectarismos. Proponía los Estados Unidos de una Europa Federal que subsumiera nacionalismos de vía estrecha como La Padania y le dolía la lentitud de la política de integración continental. Rechazó cargos que no fueran directamente electos y sólo fue eurodiputado y diputado italiano. En una sobremesa hablamos de ETA y nos dio una respuesta inolvidable: «¿Violencia?; ni en la cama».