Angel del Río

Menéndez & Carmona

Los segundos de a bordo de Tomás Gómez no quieren seguir siendo los segundones del eterno segundo. Valga el juego de palabras para significar que intentan conseguir por ellos mismos lo que hasta ahora no ha conseguido el líder y que, según las encuestas, seguirá sin conseguir: tocar poder en las dos principales instituciones de la región.

Antonio Miguel Carmona, del que pienso que es un brillante político desaprovechado hasta el momento, vuela sobre el nido del cuco Lissavetzky. Cuestiona cómo se está haciendo la oposición en el Ayuntamiento y se ofrece como alternativa socialista para arrebatar el Gobierno al PP. Monta su momento mediático dejándose llevar por un vídeo «robado», en el que dice que el «gran hermano» intelectual del partido dirige a distancia a los socialistas cuando participan tertulias, para que no se desvíen de lo que conviene al partido, y con esa declaración pública y «robada», Carmona gana en conocimiento general, pasando de ser un diputado regional de escaso espectro popular a ser un socialista de conocimiento nacional. En la otra institución de la Comunidad, Maru Menéndez quiere ser algo más que la compañera del viaje político a ninguna parte de Tomás Gómez. Hace un mes monta un número en el Pleno de la Asamblea regional, provoca su expulsión de la sala y la suspensión de un mes de empleo y sueldo por desacato a la autoridad del presidente. Corren ríos de tinta, renglones digitales, imágenes y sonidos con la bronca de la diputada díscola. Sus compañeros de grupo parlamentario hacen una colecta para recaudar fondos, algo así como las antiguas cajas de resistencia que se hacían para que represaliados políticos y sindicales que se quedaban sin sueldo pudieran seguir cobrando y comiendo, aunque en el caso de Maru cobra también sueldo de senadora y la colecta la va a destinar, seguro, a una buena causa. Ayer se reincorporó al Pleno después de un mes de obligada ausencia, y sus compañeros la recibieron con una gran ovación. Ella saludaba y dabas las gracias por el recibimiento y por la colecta, y para reafirmar su vuelta, Tomás Gómez le cedía la pregunta al presidente del Gobierno sobre las externalizaciones y se convertía por un momento en portavoz del grupo, un paso más en su presumible tarea de desmarque y búsqueda de otros caminos que conduzcan al seno del poder, que por el momento parece inalcanzable para Tomás Gómez. Carmona & Menéndez, ¿sociedad de futuro? La emancipación política en el PSM puede haber comenzado.