César Lumbreras

Menú de primavera

La última semana ha sido muy intensa: desde la muerte de Suárez, incluida la resurrección momentánea del Espíritu de la Transición y las llamadas al diálogo y al consenso, pasando por la manifestación del pasado sábado, sus consecuencias y los nuevos episodios en torno a Cataluña. Creo que se impone desengrasar un poco. Ha llegado la primavera y, con ella, cambian los productos de temporada en las cocinas. Poco a poco, los platos de cuchara, más propios del otoño y del invierno, van dejando paso a otros más ligeros, aunque de nombres muy rimbombantes. Me he tomado la libertad de confeccionar un menú largo y estrecho, con sugerencias que ido recogiendo de aquí y de allá. Por ejemplo, de entrada propongo una suculenta ventresca fría de atún rojo con espaguetis de pochas, un sándwich de foie gras y su vasito caliente con sopako o una yema de huevo de pollita con habitas, setas y aceite de trufa. A continuación, estaría bien probar un plato sencillo, de los de toda la vida, vamos, que no es otro que una flor de calabacín rellena de brandada de bacalao, sobre terciopelo de tomate y aceite de albahaca. Antes de entrar en lo contundente, nada mejor que degustar un arroz con caracoles y karrakelas en film de tomate y albahaca. Llegados a este punto, no sé si decantarme por una manita ibérica guisada con leche, canela y ciruelas o un foie caramelizado sobre timbal de cuscús con verduritas a la brasa y menta. Para el postre no tengo dudas: me quedo con las cien hojas de mango asado, con el helado de su escabeche. A veces la realidad se impone a la ficción. ¡La imaginación al poder, por lo menos en los fogones!