Alfredo Menéndez
Molt honorable
Dice Artur Mas que nunca se ha beneficiado de dinero depositado en cuentas suizas. No dice que no las tenga, sino que no se ha beneficiado de ellas. Curioso. También afirma, crecido por la respuesta evasiva de un evasivo ministro del Interior, que las cloacas del Estado se han puesto en marcha para silenciar la voz del pueblo catalán. Ahí es nada. Independientemente de que las cuentas existan o no, lo que llama la atención es el argumento que utiliza para defenderse, que no es otro que el mismo que han esgrimido a lo largo de la Historia todos los líderes totalitarios: no me criticas a mí, criticas a mi pueblo. El viejo truco de la parte por el todo.
Mas acusa a quien le acusa de tejer una cortina de humo para desbaratar sus planes soberanistas, cuando lo cierto es que ha sido él el que ha construido, sobre la promesa de un Estado tan utópico como paradójico -libre de España pero europeo, sin ejército pero miembro de la OTAN- un andamiaje con el que ocultar su inoperancia para gestionar los caudales públicos.
Un gran tipo, este Mas, cuya trayectoria corrobora el viejo adagio de que lo primero que busca el hombre es dinero, después poder y más tarde, la gloria. Quizá en su caso, los factores hayan alterado su orden, pero no el producto final.
El todavía president de Cataluña dice que nunca se ha beneficiado de dinero depositado en cuentas suizas, lo que lleva a pensar que, si el famoso borrador no es una calcomanía, las debe tener a interés compuesto. Habilidad financiera en estado puro; una habilidad que, sin embargo, no ayuda a sostener ni el prestigio ni el poder de un cargo público que, para más inri, lleva como acompañamiento el adjetivo de Molt Honorable.
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