Iñaki Zaragüeta
Oportunidad de oro
El Gobierno de Mariano Rajoy y España quizás tenga ante sí la oportunidad de terminar definitivamente con ETA por obra y gracia de la infamia e indignidad contra las víctimas y contra nuestro país cometida por el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo al eliminar la retroactividad de la «doctrina Parot». Me explico.
Si aceptamos que el Gobierno, por compromisos internacionales y por mil circunstancias, está obligado a aceptar el fallo de los cuates de López Guerra –su presencia en el Tribunal se da como determinante para la ignominia–, también debe analizar las innumerables posibilidades que se le abren para administrar su aplicación, hasta el punto de estar en condiciones de exigir a cambio la disolución y la entrega de las armas. Que sean los pistoleros quienes soporten la presión de los suyos, de presos y familiares. Lo digo sabiendo que estas cosas se hacen y no se cuentan. Por si acaso no se les ha ocurrido.
Las otras vías se concretan en lamernos las heridas provocadas por esos jueces de tres al cuarto –ojalá no tengan que soportar en sus propias carnes consecuencias de esas injustas excarcelaciones– maldecirles y manifestarnos contra ellos. O rechazar la sentencia y, por su condición de no vinculante, no llevarla a la práctica, decisión poco viable dada la situación que queremos para nuestra nación. Dicho esto, he de subrayar que las víctimas tienen toda mi adhesión y apoyo. Les otorgo el derecho a manifestar y declarar lo que quieran. Su dolor no puede ser compensado. Tan sólo se podía hacer con el castigo severo a los culpables. Eso se lo han negado unos que tienen bastante de desalmados. Así es la vida.
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