Restringido

Salzburgo en Pascua

El genial Karajan, en su ambición por acaparar todo, pensó en 1967 que no le bastaba con el célebre festival de verano que comandaba desde hacía diez años y que bien podía extender su reinado a la Pascua. Así lo hizo creando el festival de Semana Santa, que se desarrolla en dos tandas de espectáculos a lo largo de diez días. Es más, creó el súmmum de los eventos del género, el más caro, el más rutilante. ¿Qué otro podía contar para todo con la entonces mejor agrupación del mundo: la Filarmónica de Berlín? Durante años fue refugio de melómanos millonarios de todo el mundo, especialmente de EE UU. Tras su fallecimiento en 1989, le sucedieron sucesivamente Solti, Abbado y Rattle. Este último extendió conceptos, introduciendo tanto la música contemporánea como orquestas juveniles. Algo dejó de estar engrasado y de pronto surgieron escándalos financieros que acabaron en los tribunales. Incluso uno de los ejecutivos acusados se intentó suicidar. Los berlineses y Salzburgo rompieron su idilio y partieron para Baden-Baden, siendo sustituidos por la Staatskapelle de Dresde. Afortunadamente se supo que la situación sólo podía superarse con una batuta capaz de devolver al festival todo su pasado esplendor y, esa batuta no podía ser otra que la de Thielemann, quien fue contratado como director artístico desde 2013 y hasta 2017. Así, el joven que un día quedó deslumbrado con Karajan dirigiendo «Parsifal» en la ciudad del Salzach, se subió al mismo podio.

La programación de esta Semana Santa presenta como plato fuerte «Arabella», de Strauss, uno de los compositores con los que más se le identifica. En el extraordinario reparto, que contará con dirección escénica de Florentine Kleper, destacan Renée Fleming y Thomas Hampson. Thielemann dirigirá también un concierto de campanillas con «Así habló Zarathustra» y los «Cuatro últimos lieder» de Strauss en la voz de Anja Harteros, completados con el «Concierto para piano n.21» de Mozart, nada menos que con Pollini al teclado. En otro programa, las «Metamorfosis» de Strauss y el «Requiem» de Mozart, en homenaje a Karajan a los 25 años de su muerte. Aún dirigirá un tercer concierto, en el que volverá a participar Hampson y la decena musical se complementará con otros de Eschenbach.

Y Thielemann ya ha anunciado que en 2015 se atreverá nada menos que con «Cavalleria rusticana» y «Pagliacci» con el debut de Jonas Kaufmann y la extensión del repertorio del director a obras con las que hasta ahora no se le identifica. Ese dúo, junto con la «Manon Lescaut» en Múnich de Netrebko y el citado tenor son los «highlights» de la próxima temporada.