Miguel Ors

Seres superlativos

L4 Del Bosque

Novedosa y aleccionadora tu entrevista con Vicente del Bosque, querido Julián Redondo. Vicente del Bosque, que está de vuelta de las vueltas y los pliegues y repliegues del fútbol, dice, nos dice cosas tan simplemente lúcidas como éstas: «El querer contentar a todos –se refiere a los jugadores– es el principio del fracaso; tenemos que creer en nosotros, pero no creernos los mejores del mundo; la Selección es nuestro fútbol, es el fútbol de todos, no es el fútbol de nadie –ni del Barcelona ni del Real Madrid, vaya–; decir que vamos a ganar el Mundial de Brasil es pedantería pura; la familia es el pilar sobre el que se asientan todas las bases: proporciona serenidad, seguridad, cariño». Hace bien el presidente Ángel María Villar en tratar de conseguir que Del Bosque no desaparezca de la Federación Española de Fútbol. Como sucede con la familia, Del Bosque aporta al fútbol serenidad, seguridad y cariño.

J7 Antipupas

El Atlético de Madrid es «un pleno» de jugadores vivaces y felices.

–Disfrutan en el campo, todos, como gente inmunizada contra problemas y disgustos.

Así hay quien ve al Atlético. Sólo el Atlético y el Bayern de Guardiola «casi clonan» su aritmética en la «Champions» a día de hoy: el Bayern, 12 puntos, 1 gol en contra y 12 goles a favor; el Atlético, 12 puntos, 2 goles en contra y 12 goles a favor. Los mejores de Europa.

–El Atlético –opina un católico, apostólico y romano rojiblanco en la radio– es más que un estado anímico, es un estado de conciencia en paz consigo mismo y con el dios del fútbol ¡ Se acabó el pupismo!

Decía Albert Camus, para quien la vida era un absurdo, que sólo el fútbol (lo malogró para el fútbol la tuberculosis: paraba como Casillas, casi) le había enseñado moral y a vivir la vida con alegría. Al parecer sólo creía en el fútbol.

V8 Desencuentro

Expone Ancelotti, en un libro que saldrá pronto en España, que en el Real Madrid chocan dos criterios: el sistema económico o empresarial y el sistema táctico (o sea, el suyo: su trabajo como entrenador). Esta disensión la denuncié aquí hace más de un mes. Si el Real Madrid, como equipo no conjuntado, es la tortura (tal vez) de Ancelotti, ello se debe a las exigencias –hablemos claro– del «patrono» FP. Gareth Bale ha costado poco menos que un pozo de petróleo, y también han costado muchos barriles de oro negro Isco, Illarramendi y el mismísimo Benzema. Conclusión: hay que ponerlos a todos en el once titular. El problema es que, a veces, la ley del sistema de juego del equipo es incompatible con el imperativo monetarista del patrón. No siempre los «ases» o «cracks» son, por sus características, compatibles. Ancelotti no, ser deliciosamente cachazudo, no se ha rebelado contra el patrón. Se ha limitado, honradamente, a exponer lo que a lo mejor no sólo es su verdad, sino la verdad de que, tras cuatro meses de Liga, el Madrid siga sin tejer juego «bonito».

S9 Superlativos

«Nadie es perfecto, yo no soy perfecto, pero en lo mío soy superlativo» (Groucho Marx). Lo era, ciertamente. Cristiano Ronaldo tampoco es perfecto, pero en lo suyo es también superlativo. Para Ancelotti, «CR7» es un extraterrestre. Por eso no lo rota.

–Me gustaría ver al Real Madrid contra un grande sin la presencia de Cristiano.

–Herejía –contesto. Sería un Madrid descristianizado, esto es, pecador (haría menos goles o no los haría o le costaría mucho más hacerlos) y más vulnerable.

Ancelotti sabe que Ronaldo sí es un futbolista de 100 millones o más. Antaño, con don Santiago Bernabéu, el superlativo Di Sté- fano,y ahora, con don Florentino Pérez, el superlativo Cristiano.

–¿Y qué se hace con Bale, el jugador que de hecho sí ha costado cien millones?

–Como vale, esperar a que valga lo que hoy vale Cristiano. Cuestión de esperar a que «se haga del todo» y cuestión de creer en él. Lo fascinante, psicológicamente, de Bale es que Bale no duda de que también él, en su día, será superlativo.