Paloma Pedrero
Sin colillas
Muchos ya están. Otros se irán. Yo ahora no, a mi no me gustan las playas llenas. Pero sí limpias. Y eso está en nuestras manos, como casi todo. ¿Saben ustedes que las colillas tardan diez años en desagradarse en el mar? Pues muchos años más si se acumulan en la arena. Dejan la huella de los miles de componentes químicos que contiene un cigarro, como la nicotina y el alquitrán, y se convierten en un grave peligro para la salud. Tanto en el agua para los peces, como en la arena para los humanos, son veneno que esparcimos. Algunos ayuntamientos españoles ya están proponiendo playas sin humo, en Galicia, por ejemplo, y los ciudadanos parece que lo están aceptando muy bien. Yo me alegro. Y me alegraría más que la gente se hiciera responsable de toda su basura. Sus botellas, sus papeles, sus bolsas y demás porquerías que inundan las playas. Si dejas tus porquerías en cualquier parte estás contaminando el mundo. Y el mundo tiene derecho a apartarte de su lado. Algunas personas son contaminadores compulsivos. Van por la vida dejando un reguero de negatividad tan grande que dan ganas de ponerles pañales. Y más penitencia tienen ellos; solos como la una se quedan. El problema, como siempre, es cuando ocupan los espacios públicos, los foros, las calles, las playas.Lugares por los que tienes que pasar o quieres estar. Ahí hay que poner limites. Algunos sólo lo entienden con amonestaciones y multas. Su mente se quedó aferrada a un euro. Pero la mayoría, la mayoría de esos desconocidos que ensucian tendrían suficiente con un cursillo. Quizá con un buen anuncio de televisión. Una mano escondiendo una colilla en una arena blanca.Quizá.
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