José Antonio Álvarez Gundín
Sueldos de Rajoy y Rubalcaba
Pérez Rubalcaba presume de haber ganado en los últimos diez años mucho menos que Rajoy. Exactamente, 1.159.184,33 euros menos. Conviene ser respetuoso con la escala de valores que cada cual se fija en la vida, pero es muy discutible exhibir como mérito el hecho de ganar menos que otro por el mismo o similar trabajo. Ni siquiera parece muy socialista. No hay constancia de que en Ferraz o en UGT se compita por ver quién tiene la nómina más baja, ni que Tomás Gómez, pongamos por caso, vaya sacando pecho entre la militancia porque gane menos que el secretario general. Ciento treinta años de lucha socialista por las mejoras salariales no se merecen este bajonazo.
Cosa distinta es que, por filantropía o desprendimiento solidario, se renuncie a parte del sueldo para destinarlo a obras benéficas y sociales. Ahí sí hay motivo para el elogio, pues se trata de conductas meritorias y de gestos ejemplares que autorizan a sus autores a sentirse legítimamente orgullosos. En todo lo demás referido a las ganancias personales, lo que se espera de un buen político es que cumpla al dedillo con sus obligaciones tributarias, que es la más cívica de cuantas le enaltecen como ciudadano. Por eso, si de algo debe uno reivindicarse ante la gente no es de ganar menos, sino de pagar más impuestos, que es el modo de contribuir al bienestar social con mayor provecho. La mejor manera de mantener los hospitales y los colegios no es con discursos inflamados de populismo ni agitando las «mareas» de liberados sindicales, sino apoquinando religiosamente a Hacienda. Así que, puestos a comparar los ingresos de Rubalcaba y de Rajoy, la conclusión a la que se llega es que el presidente del PP ha contribuido muchísimo más a la Sanidad y a la Educación públicas que el líder de los socialistas. Exactamente, con 514.513,79 euros más. Don Alfredo pagó 248.441,97 euros en impuestos, mientras que don Mariano aportó al erario público la nada despreciable suma de 762.955,76 euros. ¿Quién tiene más motivos para presumir de contribución al Estado del bienestar? Por lo demás, ninguno de los dos políticos están para tirar cohetes como asalariados y cabe reconocerles que si se dedican a la política no es precisamente por dinero, sino por una vocación de servicio que procuran desempeñar con voluntad y acierto. De ahí que no sea muy inteligente hacer comparaciones con las soldadas. Entre otras razones porque hay gobernantes que, aún siendo de «low cost», salen muy caros a los ciudadanos por sus decisiones ruinosas. Sin ánimo de señalar.
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