Paloma Pedrero

Teatro en el colegio

Los niños tienen que estudiar artes como asignaturas principales. Y el teatro es una esencial. Según el último informe de OCDE la creatividad y la capacidad para resolver problemas son dos de las patas más cojas de nuestro sistema educativo. La futilidad de los gobiernos hace que sólo las nuevas tecnologías y el llamado “emprendimiento” ocupen nueva e intensa importancia en los colegios. Así los niños manejan todo tipo de máquinas con pericia. Sin embargo, no saben cómo solucionar una discusión. La bronca y la culpa es del otro, sigue siendo la manera habitual. Llegar a las manos tampoco lo descartan. Ahora, incluso las niñas, se lían a puñetazos en un santiamén. En humanismo vamos para atrás como los cangrejos. Un colegio inglés con sede en Barcelona lleva tiempo incluyendo en su programa la materia de “Drama”, en Gran Bretaña es una asignatura que se imparte normalmente. Y que, según los expertos, tiene enormes beneficios para la prosperidad del alumnado. Está probado que desarrolla numerosas capacidades como la comunicación: “Expresarse mediante acciones, gestos, expresiones, palabras les será cada vez más sencillo. Estudiar teatro potencia, además, la memoria, así como la capacidad de improvisación». Hablar en público es otra de las grandes habilidades que da el estudio del teatro, algo realmente peliagudo hoy para muchos jóvenes y adultos. Y hay algo fundamental, algo que quizá no tenga mucho que ver con el triunfo social y el dinero, pero que evitará sin duda la violencia y la desdicha humana: la empatía. Oficio de los actores es, “ponerse en el otro” “ser capaz de identificarse con la bondad y la maldad del diferente”. Asignatura obligatoria para todos. Que hay que empezar estudiando en la escuela.