José Ramón Pin Arboledas
Un «publicano» moderno
Los Evangelios hablan del publicano, recaudador de impuestos para los romanos; mal visto por sus compatriotas. Jesús lo acoge como pecador para que se arrepienta de sus «hazañas». Lagares, el catedrático presidente de la Comisión para la Reforma Tributaria, es nuestro «publicano moderno». Aconseja al Gobierno cómo administrar los tributos y –no se engañen– recaudar más, aunque pretende que sea de manera más justa y haciendo que la economía crezca. Ese debería ser el fin de toda reforma tributaria: hacer crecer la economía, recaudar más, pagar individualmente menos y distribuir las cargas fiscales equitativamente ¿Lo consigue Lagares?
En el impuesto de Sociedades parece que sí. Reducir el tipo de gravamen (ahora del 30%) eliminando gran parte de las desgravaciones fiscales es más justo. Son las grandes empresas las que tienen los mecanismos para reducir sus cargas fiscales (a veces a menos del 10%) gracias a sus expertos en el uso de desgravaciones. Las multinacionales mediante precios de transferencia trasladan beneficios a sus centrales y pagan menos en España. Con menos gravamen no tendrían esa tentación. Un tipo oficial menor ayuda a que los inversores tiendan a contabilizar el beneficio en España y eso crea crecimiento, aumenta la recaudación y deja a pymes y autónomos en igual condición ¡Bien por el publicano Lagares!
En el IRPF, pide reducir los tipos máximos, menos escalones y exonerar rentas de menos de 12.000 euros. Lo último ayuda a la equidad, lo primero deja más dinero en el bolsillo de los contribuyentes y aumenta el consumo, el ahorro y el crecimiento. Pero en la letra pequeña hay temas preocupantes como: a) recuperar el gravamen sobre la vivienda habitual; b) eliminar la desgravación por compra de vivienda con efecto retroactivo. Eso incrementa las bases imponibles de la clase media. Además, debería apoyar más las desgravaciones por hijos o por salarios pagados al servicio doméstico. En resumen: habrá que ver si los recovecos de la reforma no acaban con su buena intención.
En el IVA propone mantener el tipo general actual (21%) y subirlo a los bienes que lo tienen reducido (10%) e hiper reducido (4%). No se hará, porque con la cercanía de las elecciones el Gobierno no le hará caso. El informe dice que se podría subir el tipo si se bajasen las cotizaciones de la Seguridad Social a los empleadores (yo propondría también a los empleados); pero luego se retracta porque, según dice, de momento no salen las cuentas. Así que creo que todo quedará igual. Lo ha dicho hasta Mariano Rajoy. En otros temas, como subir los impuestos especiales, reducir impuestos autonómicos y homogeneizarlos..., estoy de acuerdo. Pero ¿quién pondrá el cascabel al gato? El informe del publicano Lagares tiene puntos positivos y negativos. Es equitativo en algún caso que en otro. Sus propuestas pueden animar la economía o retrasarla. Es lógico: si hay algo complejo en la Administración Pública es la Hacienda. Esperemos que Lagares no tenga que arrepentirse, como el publicano, aunque luego Mateo escribió un Evangelio.
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